Una obra de amor, 1ª parte

Maria
July 15, 2006

Table of Contents

Palabras de aliento, orientación e instrucción para el embarazo y el parto

BN 1180 DF/MM/MC JULIO 2006

Carta de MaríaDF/MM/MC 3605 IV-06

Cita de la portada:

¡Me encanta crear vida! Es una hermosa etapa, y en muchos sentidos también te brinda un vínculo más íntimo conmigo‚ porque ves el esplendor de la obra de Mis manos y de la creación que se lleva a cabo en tu vida, en tu interior.

Queridas madres y futuras madres:

1. Esta BN, por supuesto‚ la pueden leer todos los hermanos de la Familia, pero la dirijo en particular a las madres y las futuras madres porque sé que la encontrarán todavía más interesante y alentadora. Seguramente querrán leerla, estudiarla, señalarla y repasarla, tanto si son madres veteranas como novicias o prevén que el Señor pueda traer niños a su vida en el futuro.

2. Como saben, en los Hogares de Servicios Mundiales hay varias familias, y el Señor no deja de mandarnos bebés en cantidad. Al momento de preparar esta BN, tenemos a cinco embarazadas en diversas unidades. No cabe duda, pues, de que el Señor nos está bendiciendo y está llenando nuestra aljaba de hijos, ¡los cuales agradecemos en el alma (Sal.127:4–5)! Los niños de nuestros Hogares de Servicios Mundiales les alegran la vida a quienes viven con ellos, y sé que los niños de los Hogares de ustedes también son un tierno regalo que les hace el Señor por amor y una parte importante de su testimonio.

3. Menciono a los niños de Servicios Mundiales porque en los últimos años el Señor ha dado muchas palabras de orientación y aliento para nuestras madres en sus embarazos, así como en preparación para el parto‚ y el Señor me motivó a pasarles algunos de esos mensajes. Aunque se recibieron para otras madres, pueden aplicarse la instrucción y las promesas. Lo que ha prometido a otras, lo puede hacer por ustedes, que también pueden encontrar consuelo y fuerzas en Sus Palabras.

4. Las admiro, madres, por la fe que manifiestan al tener hijos. Sé que cada embarazo exige mucha fe; fe para sobrellevar esos nueve meses —que suelen ir acompañados de mucha emoción, sorpresas, batallas, pruebas, etc.—, para soportar el parto y luego amoldarse a la atención que deben darle al recién nacido. Da igual que sea el primer embarazo o el decimocuarto; en cada uno tienen que manifestar sumisión y mucha fe. Estoy orgullosa de ustedes, madres, ¡y sé que Jesús también lo está!

5. Tengo muchas profecías que pasarles sobre el tema del embarazo y el parto, así que seguramente habrá una continuación de esta BN. En esta empezaré con mensajes de orientación y aliento del Señor sobre el embarazo y todo lo que supone. En la siguiente‚ es probable que les demos algunos consejos y promesas concretos que nos ha dado sobre el parto. Creo que todos esos mensajes las animarán mucho y podrán repasarlos y releerlos cada vez que se estén preparando para el nacimiento de un bebé.

6. Claro que también pueden recibir consejos del Señor para sí mismas‚ que es muy recomendable. Sin embargo, siempre resulta edificante y es una bendición especial poder leer mensajes que Él ya ha dado para otras. También publicaré algunas nuevas promesas de las llaves y declaraciones que estimulan la fe para que las empleen durante el parto. Es mi oración que les sean útiles.

7. Oro por todas las hermanas que están esperando un bebé. Sé que nuestro Esposo cuidará bien de ustedes y del bebé que tienen en sus entrañas, y lo traerá al mundo sano y salvo en el momento ideal que Él disponga, y que les impartirá las fuerzas, la fe, la resistencia espiritual y la fortaleza que necesiten.

Con mucho cariño en nuestro estupendo Creador de vida,

Mamá

¡Me encanta dar hijos a la Familia!

8. (Jesús:) Mi apreciada esposa: gracias por el amor que me tienes, por tu confianza en Mí y por tener la fe para criar un hijo. En esta época hay muchas que no quieren tener hijos. Unas, porque son egoístas y no quieren tener que cuidar de un niño durante muchos años; otras, porque tienen miedo de los cambios que ello producirá en su vida; y otras, porque piensan que les costará demasiado. ¡Por eso envío hijos a manos llenas a quienes optan por darme la oportunidad! Me encanta dar hijos a la Familia y a otros cristianos fuertes, porque sé que los criarán en Mi disciplina y amonestación e iniciarán la vida con buen pie, con una buena base, decidan lo que decidan más adelante. Aprecio, pues‚ que estés dispuesta a ser una de Mis madres. Te irá de maravilla.

9. Sé que te preocupan varios aspectos de la crianza de tus hijos, porque te das cuenta de que la alegría de ser madre viene acompañada de mucho sacrificio y trabajo. Te preguntas si podrás arreglártelas con pocas horas de sueño por la noche o qué harás si el bebé está inquieto y tiene cólicos‚ y cosas así. Es cierto que habrá desafíos. Dormirás menos y a veces pasarás penalidades, sobre todo pruebas de paciencia, y cuando el bebé interfiera en algo que estés haciendo o quieras hacer. Pero en tanto que afrontes cada prueba con fe y me pidas gracia y paciencia, te irá bien. El amor por tu pequeñín podrá más que los sentimientos negativos y comprenderás que vale la pena.

10. Por eso, no tienes por qué preocuparte de antemano por nada de eso. Conviene que estés preparada y calcules los gastos, y sé que lo has hecho. Pero luego tienes que dejarlo todo en Mis manos. Yo elegiré las pruebas y batallas que sé que más te convendrán y ayudarán a cumplir Mi propósito, y nunca te daré más de lo que puedas soportar. Te infundiré la gracia y el aguante necesarios para cada prueba.

El embarazo: ¡accionar de Mi Espíritu en tu vida!

11. (Jesús:) «El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido, más ni sabes de dónde viene ni a dónde va.» Así es con este embarazo, con esta obra de Mi Espíritu. Es el accionar de Mi Espíritu en tu vida. Por eso, siéntete tranquila, porque es una suave brisa, una brisa cálida que soplo sobre ti. No es un viento frío ni desapacible. Deja que los besos de Mi viento te acaricien y descansa en los brazos de Mi amor.

12. Este embarazo no es un castigo ni una experiencia dura que debas soportar, sino una temporada de regocijo, de calor y amor, de conocer y sentir Mi desvelo por ti, o de sentir el aliento de Mi Espíritu que te sopla con suavidad en la nuca y te acaricia cariñosamente. No tiene que ser una época difícil para ti, sino una temporada de sentir las caricias de Mi amor. Este embarazo es un obsequio, una muestra de Mi amor, y debes tomarlo como tal.

No te inquietes por el futuro

13. (Papá:) Vamos, cariño, no te inquietes por el futuro. Está en manos del Señor; tenlo por seguro. Basta con que lo dejes ahí y te tomes un día a la vez. Te basta Su gracia. Su poder se perfecciona en tu debilidad (2Cor.12:9). Así que despreocúpate y deja que Él haga esta labor por medio de ti.

14. No permitas que el Enemigo te despoje de la menor pizca de la alegría que te tiene reservada el Señor para tu embarazo. Es cierto que quizá el camino no parezca fácil. Aunque te topes con algunos baches, tienes al mejor Guía, y te lleva de la mano. Él sabe el lugar exacto donde debes posar el pie, y te lo dirá.

15. Y cuando te canses de caminar y seguir Sus pasos‚ no te preocupes, porque te llevará en brazos. Te cargará en las partes difíciles‚ cuando no sepas dónde pisar. Limítate a confiar en Él. Lo has hecho hasta ahora y te ha guiado bastante bien, ¿verdad que sí? Te ha cuidado bien y seguirá haciéndolo, superando tus sueños más descabellados.

16. Recuerda que Él es tu Amante, Amigo y Esposo, y tú Su esposa. Ten por seguro que no te descuidará ni dejará de proveer para todas tus necesidades. Velará por ti y te cuidará, protegerá y guardará a cada paso. No te sueltes de Su mano. Aférrate a Él, y te sacará adelante. No te preocupes por el futuro, preciosura. Déjalo en su sitio, que es en las manos del Señor.

No te canses de hacer el bien

17. (Jesús:) Mi tesoro, Mi apreciada reina, Mi vasija selecta, a la que llamé y elegí para llevar este obsequio Mío de amor. Este regalo te manifestará Mi amor. Encontrarás mucha alegría y felicidad en el amor y las sonrisas de este hijo que te he dado, de este tesoro, de esta muestra de Mi amor, del accionar de Mi mano en tu vida. Pues esta es Mi voluntad, Mi regalo. Es un premio a tu fe y obediencia.

18. El nacimiento de este bebé no se deberá a la voluntad del hombre ni a la voluntad de la carne, sino a Mi voluntad. Gracias a tu fe y tu obediencia te he elegido para que lleves esta muestra de Mi amor, que no solo te alegrará a ti, sino a muchos otros, ya que verán el milagro de Mi creación y Mi amor. Lo que padezcas ahora te parecerá insignificante comparado con la alegría que tendrás.

19. He permitido que las circunstancias sean algo inciertas; pero si fijas la mirada en Mí, tendrás paz y reposo. Si pones los ojos en Mí, sabrás que estoy al mando y lo hago todo bien, y ello te confortará. Así que cuando se encrespe la mar, arrecie el viento y la tempestad azote tu nave, pon los ojos en Mí, que estaré por encima y te observaré con ojos de amor y fe. Cuando nos miremos fijamente a los ojos, tu entorno perderá importancia y se desvanecerá. Cuando nuestros ojos se fundan con lazos de amor, ese amor se sobrepondrá a toda circunstancia.

20. Gracias, Mi amada, por recibir Mi amor, por ser una vasija sumisa‚ por ser la madre que he elegido para dar a luz a este niño tan valioso y único a Mi ojos. Obtendrás mucha alegría, felicidad y satisfacción sabiendo que has cumplido Mi voluntad. Así que no te inquietes ni temas, porque verás el toque de Mi mano en tu vida y la manifestación de Mi amor en esta criatura. No te canses de hacer el bien, que a su tiempo segarás si no desmayas.

Emplea la alabanza y la oración para combatir la preocupación y los temores

21. (Jesús:) Me agrada que acojas a esta criatura con los brazos abiertos. Siempre me alegra bendecir a Mis hijos creando vida‚ y busco ansiosamente a quienes estén dispuestas a abrazar de buen grado este cambio en su vida.

22. Yo sé que puede ser difícil ajustarse a las muchas situaciones nuevas que introduce el embarazo. Tu cuerpo no se siente igual‚ y tienes que aprender a hacer algunos ajustes en tu vida para dar a tu cuerpo los cuidados debidos. Pero ten la certeza de que recompensaré tus esfuerzos y de que me ayudan en la creación de ese pequeñín. Colaboro contigo en la gestación de este bebé. Aunque muchos de tus esfuerzos no rindan frutos obvios e inmediatos, llevarán fruto duradero en el desarrollo adecuado de tu pequeño.

23. Tu cuerpo experimenta muchas sensaciones nuevas; algunas son solo extrañas‚ pero otras pueden hacer que te preocupes por el bebé. Tienes que confiar en Mí‚ amor Mío, en lo que se refiere a su desarrollo. Esfuérzate por tener una actitud positiva aunque sientas un dolor o incomodidad extraños. Es normal que tengas esos pequeños malestares, y no debes permitir que te sobrevenga automáticamente el temor de que algo anda mal.

24. Me refiero a los malestares y dolores de poca monta habituales durante el embarazo. Eso sí, si sientes algún dolor que te parezca anormal o te cause inquietud, no dejes de consultarme. A veces me valgo de los dolores para hacerte saber que algo anda mal y motivarte a obtener atención médica. En ocasiones los dolores pueden ser indicación de algo grave, y en tales situaciones no quiero que te limites a alabarme y desentenderte‚ si estoy tratando de motivarte a hacer algo. Alábame, claro, pero obra con prudencia y oración y mantente en sintonía con Mis avisos.

25. ¡Recuerda que tengo enteramente en Mis manos esta hermosa creación! Llevo a cabo una gran obra en ti y me interesa mucho mantenerlos sanos a ti y al bebé. Disipa tus temores mediante la alabanza. Cuando sientas la menor ansiedad con relación a un nuevo dolor o molestia, haz una pausa para alabarme por todo lo que he hecho hasta el momento en la creación de esta vidita. Verás que al enunciar esas alabanzas los temores se desvanecen y el corazón se te llena de paz.

26. Es fácil preocuparse por diversos aspectos del embarazo; les pasa a muchas. Pero no tienes que ceder a esos pensamientos, por comunes que sean. Puedes remontarte; mantener la mirada fija en Mí y esforzarte por aferrarte a Mí. No des lugar en tu corazón y tu mente a pensamientos negativos ni a la preocupación; desactívalos de inmediato con la alabanza, y el ánimo y el espíritu se te levantarán de inmediato. Tu fe se renovará.

27. Evita también leer sobre las complicaciones que pueden surgir en el embarazo. Es muy fácil querer tomar un libro sobre el embarazo o hacer una búsqueda en Internet sobre las posibles causas de un determinado dolor. Pero no cedas ante esa tentación, a menos que Yo te haya dado permiso para ello. No haría otra cosa que perjudicar tu fe, y si lo haces verás que empiezas a albergar más inquietudes y temores.

28. No es que nunca puedas leer un libro sobre el embarazo ni buscar información en Internet. Hay muchos libros buenos de los que puedes beneficiarte y algunas páginas buenas que ofrecen información útil. Pero si te das cuenta de que lo primero que haces es fijarte en los libros del Sistema o en la Internet, o acudes a esos medios en cuanto te asalta una preocupación, no obras de acuerdo a Mi voluntad. Quiero que antes que nada me busques a Mí y me pidas instrucción y tranquilidad.

29. Tu mejor recurso es combatir con la alabanza y la oración las preocupaciones y temores. Mantén una actitud positiva y alábame cuando te sientas inclinada a temer. Eso te ayudará a a concentrarte en lo bueno y lo hermoso. He comenzado una buena obra en ti y la llevaré a buen término, así que confía en Mí. Yo me preocupo más que tú por la vida que llevas en tu interior‚ de modo que confía en Mí, en que cuidaré de tu hijo y de ti.

Doy a cada persona lo que necesita en su vida

30. (Mamá:) La mayoría de las siguientes profecías sobre el malestar y náuseas de los primeros meses de embarazo se recibieron para una hermana que sentía esos malestares todo el día durante varios meses al principio de su gestación. Si pasan por dificultades iniciales parecidas, o si en este momento padecen náuseas y malestares intensos, oro que se animen con estos mensajes. O incluso si sus malestares son menores, estoy segura de que las palabras del Señor las consolarán y podrán aferrarse a Sus promesas.

31. Como verán, en los siguientes mensajes Él le habla bastante a esa madre sobre su trabajo. Ello se debe a que durante sus meses de náuseas casi no podía hacer nada. Por eso‚ sus mayores batallas tenían que ver con que no podía trabajar en la oficina, veía cómo se le acumulaba el trabajo y no podía hacer nada, aparte de confiar en el Señor. A eso era a lo que Él se refería.

32. Es posible que madres que no desempeñen un ministerio de servicio pero lleven una vida muy ajetreada en el Hogar tengan otras inquietudes distintas. Si tienen náuseas, quizá se desanimen por no poder cuidar tan bien de sus hijos, o por no poder salir a recaudar fondos o testificar tanto como antes, o a lo mejor tengan que depender de otros para que lleven una parte mayor de la carga del Hogar mientras ustedes no puedan, lo cual puede ser humillante. O, en algunos casos, si viven en un Hogar muy pequeño‚ puede que no tengan a nadie que las reemplace y se vean obligadas a seguir haciendo lo mejor que pueden a pesar del malestar, ¡confiando en que el Señor les infundirá la gracia y las fuerzas que necesitan! ¡Sé que lo hará!

33. ¡Doy gracias al Señor porque ha bendecido a tantas de nuestras apreciadas madres de la Familia con embarazos relativamente fáciles! En todo caso, si llegan momentos difíciles, o cuando lleguen, sepan que Él tiene las soluciones que necesitan. Si por las náuseas y malestar no pueden hacer casi nada, Él ayudará a su Hogar a ocuparse milagrosamente de lo esencial. O, si no hay nadie que pueda ayudar a llevar la carga, las sanará o por lo menos hará que sus molestias sean mínimas. Lo importante es que Él sabe lo que necesita cada persona y no les dará más de lo que puedan soportar. Y en cuanto al trabajo —ya sea que desempeñen un ministerio de servicio o que estén en un Hogar muy atareado—, a Él le interesa más que a ustedes, y no dejará que salga perjudicada Su obra.

34. Recuerden también que si sienten malestar, esa temporada no es un castigo, sino un regalo. Sepan que el Señor tiene Sus motivos para permitirles que pasen por esa temporada, por difícil que les resulte‚ y en el momento ideal que Él sabe las sacará adelante.

35. (Jesús:) Mi amor, dada la composición química de tu cuerpo, te dan más náuseas durante el embarazo que a la mayoría de las mujeres. Es que así te creé. Aunque podría anularlo si fuera necesario por una razón muy buena, por lo general dejo que la naturaleza siga su curso. Si se presentara una urgencia grave, o te encontraras en una situación en que no pudieras tomarte el tiempo que necesitas para descansar‚ en que no pudieras permitirte estar con malestar, en que ello perjudicaría la obra, haría un milagro así. Pero ahora mismo no enfrentas una situación tan grave‚ así que permito que tu cuerpo pase por esto.

36. Sé que te pregunta por qué, si te quiero tanto, permito que te sientas tan mal todo el día. Pues bien, amor Mío, es un pequeño precio que tienes que pagar para demostrarme que realmente quieres a este bebé y estás dispuesta a hacer lo que sea necesario por él.

37. También sé que algunas —de hecho, muchas a las que conoces— tienen embarazos muy fáciles en sus primeros meses comparados con los tuyos. A algunas solo les da náuseas de vez en cuando, y otras no sienten malestar alguno. Pero no envidies a otras, amor Mío. Sabe que todas pasan por algo en su embarazo que se lo pone difícil.

38. Cada mujer paga un precio, y ese precio es distinto con cada embarazo. Por ejemplo‚ algunas no pueden tener relaciones sexuales durante el embarazo por diversas razones, y eso es un precio, ya que puede ser fuente de tensión en su matrimonio. Otras padecen molestias durante los últimos meses que tú no tendrás. Y otras tienen que arreglárselas con pocas horas de sueño durante todo el periodo de gestación. Confía, pues, en que sé lo que hago y en que traigo a la vida de cada una lo que necesita. No permitiré que este malestar dure más de lo necesario.

39. En cuanto al desaliento que sientes por no poder trabajar tanto a causa de las náuseas‚ o porque avanzas mucho más lento cuando trabajas, te recuerdo que este es en efecto el mejor momento para que estés embarazada. Estos sentimientos te asaltarían aunque hubieras estado preñada en otro momento. No existe un momento ideal para quedar embarazada; ese momento ideal sería cuando no hubiera trabajo. Pero como siempre habrá trabajo que hacer para Mí y para Mi Reino, y más de lo que jamás podrían terminar‚ es de esperar que pases batalla en estos casos. Nunca te parecerá el momento apropiado. Pero lo cierto es que si no fuera el momento adecuado para tu embarazo, Yo no lo habría permitido. Confía en Mí en esto. Deja el trabajo en Mis manos.

40. Limítate a hacer lo que puedas cuando te sientas bien. Aunque solo puedas dedicar unas pocas horas bien aprovechadas al trabajo cada día, es mejor que nada. Son progresos. Alábame por lo bueno. Alábame por lo que pudiste terminar, y no te concentres en lo que no llegaste a hacer o en lo que te gustaría lograr. En este momento estás haciendo más que los logros del trabajo. Me estás ayudando a crear un bebé, y eso es muy importante. No le restes importancia. Considéralo parte de tu trabajo, porque lo es. Como eres madre, tener hijos es parte de tu trabajo.

41. Son muchas las razones por las que he permitido este malestar, amor Mío. Confía en que no dejaré que dure más de lo que sé que es necesario. Con el tiempo, volverás a tomar las riendas.

El malestar no es un castigo

42. (Jesús:) Soy un pastor sabio, y te doy tantas experiencias como puedo para que no pierdas el apremio, para mantenerte unida a Mí, para darte la oportunidad de emplear tus armas espirituales en el campo de batalla. Por eso, este malestar provocado por el embarazo no es un castigo, sino una bendición. De vez en cuando necesitas situaciones que te obliguen a emplear tus armas, y como desde hace un tiempo no afrontas muchas batallas de consideración que te obliguen a hacerlo, me valgo de este embarazo para enseñarte, para tonificarte los músculos espirituales, para poner a punto tu espíritu.

43. Sé que te preguntas por qué permito que tengas tanto malestar. Te fijas en otras embarazadas que parecen estar tan campantes en la gravidez, sin apenas ningún malestar, y te preguntas por qué no te permito ese lujo. Pues bien, la vida de las demás es mucho más de lo que te imaginas. A lo mejor me valgo de otros métodos para mantenerlas unidas a Mí, para agudizar su capacidad de emplear las nuevas armas y ponerlas a punto espiritualmente. O tal vez no necesitan tener náuseas para fortalecerse en espíritu. Yo sé que ya reciben lo que necesitan por otros medios, así que hago que no tengan tanto malestar.

44. No consideres un castigo las náuseas del embarazo. Yo no provoco malestares a las esposas que no me agradan ni doy salud a las que favorezco. No hago las cosas así. Tiene que ver simplemente con lo que necesitas en tu vida, lo que sé que puedes soportar, las enseñanzas que deseo darte y todo lo demás. Por eso, este malestar no es un castigo; es una temporada de la que me quiero valer para acercarte a Mí‚ para ayudarte a sentir Mi amor, para que reposes en Mis brazos‚ para hacerte ver la fortaleza de la debilidad, para obligarte a emplear más enérgicamente tus armas espirituales.

45. Este malestar pasará; no será eterno. Lo importante es que me dejes obrar en tu vida de la manera en que quiero hacerlo durante este tiempo. Está bien que trabajes un poco, pero no midas el éxito por ese patrón durante estas semanas. Deja que el indicador de tu éxito sea que te sientas tranquila o no, que tengas una actitud de alabanza‚ que estés obteniendo el descanso que necesitas, que te estés alimentando como debes, que te estés acercando a Mí. Trabajo siempre tendrás, pero no siempre contarás con esta temporada en que deseo darte tanto.

46. Te conviene disfrutar de este tiempo, Mi amor. Si no te exiges tanto, te resultará más fácil cruzar este Jordán. Tú haz lo que puedas, trabaja cuando puedas, y confía en que Yo me ocuparé de lo demás. Recuerda que durante esta temporada el indicador de tu éxito no será el trabajo. El éxito que busco es que salgas adelante victoriosa de este embarazo‚ que te fortalezca espiritualmente.

47. Te amo, cariño Mío. Recuerda que tanto el embarazo como tus circunstancias los dispuse Yo. Sigue aceptándolo, nada más. Sigue alabándome aunque te sientas fatal, aunque vomites y tengas que guardar cama. Alábame por lo que hago en tu vida, aunque no sientas cambio alguno. Alábame porque sé lo que hago y porque Mi mano gobierna tu vida. Alábame en todo, y te sacaré adelante.

Todo lo que vale cuesta algo

48. (Jesús:) Amada esposa, ¡cuánto te quiero y cómo te estrecho contra Mí! El amor que me tienes es muy puro y fuerte, y te lo pago en la misma medida, porque es fuerte, candente y apasionado. Haría cualquier cosa por ti.

49. Siento que tengas que soportar esta temporada de malestar, pero no temas, que pronto terminará. Pasará, se acerca su fin. Luego llegará la parte entretenida del crecimiento del bebé, de su desarrollo‚ su nacimiento y de convertirse en un niño nuevecito de Dios para Mi Reino, un niño que encomiendo a tu cuidado.

50. Los hijos que te he dado son tesoros del Cielo. ¿No se ha dicho que a veces hay que soportar ciertas dificultades para extraer los tesoros de la mina? Quien algo quiere, algo le cuesta. Y en este caso, te toca sacrificarte un poco para obtener el más valioso de los tesoros.

51. ¡Aguanta, Mi amor, este malestar! Invoca las llaves de la fe y la capacidad de remontarte. Aunque estas náuseas son naturales y tengo Mis propósitos para ellas, puedes remontarte mediante el poder de las llaves. Eso es lo sorprendente de las llaves: que pueden hace lo imposible y lo que antes no podías. Así que aférrate a ellas e invoca su poder para remontarte, y verás lo fácil que te resulta el resto de esta etapa.

52. Amor de Mi alma, ¡este hijo que te he dado les infundirá alegría a ti y a tu esposo! Ya sabes cuánto quieres a tu primer hijo, que ha transformado tu vida para bien y ha infundido una alegría enorme a sus vidas. Pues bien; este hijo hará lo mismo, y todavía más. Le tendrás muchísimo aprecio. Gracias al gran amor que me tienes y a que has estado dispuesta a dar la vida por Mí, por la Familia y por las ovejas, te concedo estos hermosos obsequios para alumbrar y aligerar tu vida en muchos sentidos.

53. Claro que te pido, por el gran amor que te tengo, que te cuides bien durante este tiempo en que el bebé se está formando y en que perfecciono todo lo que tiene que ver con él. Come bien y haz todo lo que te indique que sea mejor para tu pequeño y su bienestar. No dejes que el Enemigo te desanime y te motive a no cuidarte como debes. Sé que no lo harás, amor Mío, porque quieres lo mejor para tu hijo. Eres una madre excelente‚ y por eso puedo darte a estos encantadores niños para que los cuides.

54. Dulce y tierna esposa, gracias por estar dispuesta a dar a luz a estos pequeños para Mí. ¡Cómo me alegra! Acuérdate de invocar la llave que te ayuda a remontarte para que esta temporada de malestar pase más fácil y rápido. ¡La incomodidad pasará pronto, amor Mí, si sigues aferrándote a Mí y a esas llaves poderosas y mágicas que nunca fallan!

Permite que obre en tu vida de la manera en que quiero hacerlo

55. (Jesús:) ¡Te quiero tanto! Te tengo en gran estima y siempre ha sido así. He guiado tu vida desde que eras pequeña, y con cada decisión acertada que has tomado he podido darte nuevas bendiciones, oportunidades y retos y valerme de ti para cumplir Mi suprema voluntad. Todavía estoy al mando en tu vida, llevo las riendas a la perfección. Créelo y confía en Mí, aun en esta difícil temporada de malestar y de la reacción en cadena que ves que se produce a causa de ella.

56. Te preocupa el trabajo. Es normal que te preocupes, porque ves que hay circunstancias que disminuyen tu rendimiento y que tienes que aminorar la marcha para sobrellevar las náuseas matutinas. Pero, Mi amor‚ cuídate de no esforzarte más que Yo por que se haga el trabajo. Está bien que te preocupes de hacer tu trabajo, de producir y todo lo demás, pero si te concentras en eso, si consideras que es lo único que se debe hacer, la única victoria, que tener las pilas puestas y producir es Mi única voluntad, eso significa que estás tomando las riendas tú, cuando soy Yo el que debe hacerlo.

57. Está claro que quiero que estés embarazada‚ y también he dispuesto que tu embarazo venga acompañado de más malestar del que padecen muchas otras. ¿Qué significa eso para ti; que algo está totalmente fuera de lugar y que tú eres la que menos puede enfermarse, ya que, a fin de cuentas, tienes un trabajo tan importante? Es cierto que tienes una importante labor que realizar, pero ese trabajo importante que crees que debes hacer ahora mismo no es el que Yo considero que debes realizar. Te facilitarías mucho la vida tanto en tu mente como en tu espíritu y estarías mucho más contenta en general si aceptaras que el bebé que estás creando es importantísimo para Mí y es una de las tareas más importantes que tienes entre manos en este momento.

58. Algo se tiene que sacrificar cuando quedas embarazada, y no puede ser el bebé, ni tu salud, ni tu matrimonio, ni el padre de tu hijo. ¿Qué queda? Tu trabajo. Tienes que encarar la realidad, como toda embarazada: no puedes contar con hacer tanto ni seguir avanzando a toda máquina como antes. No debería resultarte difícil someterte a Mí en este aspecto, a menos que permitas que el orgullo te domine y te impida aceptar lo que hago en tu vida. Este es Mi plan, amor Mío, tanto para ti como para Mi obra. No es un error ni un obstáculo. La obra aflojará la marcha, pero eso no me molesta.

59. Es en este aspecto que tienes que embarcarte en las iniciativas de Mi Espíritu y dejarme que obre en tu vida de la forma en que deseo hacerlo al darte este bebé. Yo llevo el timón en el trabajo de Mi Reino. Siento tener que decírtelo de un modo tan directo‚ pero me duele verte batallar tanto y sufrir un conflicto interno tan intenso por el trabajo que no puedes hacer por Mí. Confía en Mí aunque no puedas llevar toda la carga y deja que te haga aminorar la marcha mientras creas un bebé. Tu paciencia y tu fe se están poniendo a prueba ahora que te toca aflojar la marcha, encomendarme el trabajo en que no puedes participar y hasta confiar en Mí con relación a las personas que se ocuparán de las tareas que sueles realizar tú. Pero todo eso es bueno para ti, amor Mío. Conforme te sometas a Mí, confíes en Mí y lo pongas todo en Mis manos, te fortalecerás y te librarás del estrés y la preocupación.

60. Sé que te resulta humillante no estar metida en la acción y en el trabajo, tener que dejar que otros decidan y que se ocupen de algunas de las tareas que hacías tú, pero eso tampoco importa. Lo que te haga más humilde siempre es bueno. Te convendría simplemente relajarte y disfrutarlo; disfrutar de la creación del bebé‚ de aminorar la marcha, de confiar en Mí, de dejar que otros trabajen más que tú. Lo harás si me alabas por ello. No basta con que me alabes por el bebé y por lo contenta que estás de tenerlo; tienes que alabarme por todo: por el malestar, por tener que renunciar a parte del trabajo‚ por tener que tomarte la vida con más calma, por todo. Así tendrás tranquilidad y estarás en el centro de Mi voluntad. Podrías estar en una situación mucho peor; no es que esta situación sea mala, pero para tu modo de pensar lo es. No digo que sea fácil; sé que no te resulta agradable el malestar; sin embargo, sabe que hacértelo más fácil o más difícil depende de tu actitud.

61. Si te aferras a lo que tú quieres y a como te gustaría que fuera en vez de aceptar lo que estoy haciendo, optas por la vía difícil. En cambio, si te dejas llevar por lo que ocurre‚ lo aceptas y avanzas alabando en tus momentos de malestar, si invocas las llaves de la gracia, la fe, la paciencia y la humildad para dejarme obrar en tu vida, estarás tomando una vía mucho más fácil. Aunque sigas sintiéndote mal, por lo menos tu espíritu estará tranquilo y no sufrirás el conflicto entre tratar de lograr lo que tú quieres y dejar que Yo logre lo que quiero.

62. Cariño, solo te lo digo por lo mucho que te quiero y porque deseo ayudarte. No quiero que te las veas negras en tu embarazo por tener que combatir estos sentimientos con relación al trabajo, además de vértelas con el malestar físico. Tienes que saber que está bien dejar de lado el trabajo y que eso no significa que lo perderás o que otra persona ocupará tu lugar. Claro que tendrás que dejar que otros tomen algunas decisiones y que no podrás participar en tanto como antes, pero no importa, ¿de acuerdo? Es cierto que otro tendrá que encargarse de lo que no puedas hacer; de todos modos, eso no significa que vaya a sustituirte ni mucho menos. Tu trabajo te estará esperando cuando estés lista para ocuparte de él. Cuenta con ello; siempre habrá más trabajo del que puedas realizar.

63. Sabes que podría sanarte, ¿verdad? Por eso, si no te sano ahora mismo, hay una buena razón. Me valgo de esto para lograr algo importante en tu vida. Confía en Mí. Sabe que lo tengo todo en Mis manos y que no te ocurrirá nada ni le pasará nada a tu trabajo que no se ajuste a Mi voluntad o no sea lo que más convenga. Pídeme fe, humildad‚ paciencia y todo lo que necesites para dejarme actuar y someterte a Mi voluntad. Alábame a pesar de todo. Practica de lleno el arte de la alabanza y aprovecha este tiempo para aprender a convertirte en una usuaria experta del arma de la alabanza.

64. Te quiero muchísimo, dulzura. Cuido de ti cada momento del día. Te prometo que no te fallaré. Esta etapa pasará pronto, y si eres fiel en darme toda la gloria, el reconocimiento y la alabanza por lo que estoy haciendo, recordarás esta temporada como una experiencia muy valiosa.

Consejos prácticos para evitar las náuseas

65. (Jesús:) Una clave es no pasar hambre. Las veces en que más malestar has sentido han sido cuando tenías el estómago totalmente vacío; en la mañana al despertar, después de que terminara la digestión del desayuno y por la noche después de cenar. Ten siempre algo en el estómago. Averigua qué te viene bien comer entre las comidas. Procura también comer unas galletas por la mañana antes de levantarte. Eso podría hacerte más agradable la primera hora del día.

66. Aprenderás más a medida que avance tu embarazo. Una clave es prestar atención a lo que te dice el cuerpo. Si te da hambre, come. Si estás cansada, duerme una breve siesta. Si lo que necesitas es descansar, descansa. Y cuando te sientas bien, trabaja con empeño y logra mucho. Haz también el esfuerzo de irte a la cama a una hora razonable. Obtener buen descanso te ayudará a sentirte mejor en general. También es prudente que hagas ejercicio ligero, que te ayudará a mantenerte en forma. Aunque te cueste más esfuerzo cuando no te sientas bien, te sentará bien.

67. Te quiero muchísimo, y procuraré que esta temporada te resulte lo más llevadera posible. Mantendré las molestias al mínimo y te reduciré la etapa de las náuseas. Y cuando te canses del malestar‚ recuerda que simplemente es de lo que me valgo en la vida de algunas para crear un bebé fuerte y sano. Significa que hay mucha actividad hormonal en tu cuerpo y estoy trabajando con empeño para crear esa nueva vidita en tu vientre. La meta final hará que valga la pena.

¡Esta temporada de sufrimiento te acerca más a Mí!

68. (Jesús:) Esta temporada de malestar durará poco, pronto terminará. Después te regocijarás por el hermoso fruto que dará este tiempo de sufrimiento; no solo el hermoso fruto del bebé que nacerá, sino el que llevará en ti a medida que te vuelvas hacia Mí, me busques y pongas en Mis manos tu voluntad y tus deseos.

69. Comprendo, por supuesto, que en estos momentos lo que más deseas es sentirte bien físicamente‚ pero tu alma también clama por la paz y la realización que solo se obtienen estando cerca de Mí. Esta temporada de sufrimiento te acerca más a Mí. Cuando clamas a Mí pidiendo que te libre, escucho tu clamor y te recompenso con lo que deseas aún más que las fuerzas y la salud físicas. Te recompenso con una grata paz y satisfacción, con fe en que te llevaré en brazos hasta el final de este embarazo.

70. Te he concedido la gran recompensa de un bebé, por haberte considerado digna de contarte entre Mis madres reinas. La sumisión y fe que manifiestas para llevar más fruto por Mí en tu cuerpo me proporcionan mucha alegría. Nunca te arrepentirás de haberte entregado a Mí de esta forma.

71. Espera con ilusión el día en que sostendrás a tu pequeñín en los brazos, en que me verás sonreírte a través de sus ojos. ¡Es un regalo, una recompensa! ¿Qué más podría darte que uno de Mis obsequios más valiosos, un alma recién nacida para Mi Reino? Mantén la mirada fija en Mí, y traiga lo que traiga el futuro, ten la certeza de que eres Mi esposa amada y de que siempre velaré por ti. Cariñosamente, tu Esposo eterno, Jesús.

¡Es tu cuerpo el que sufre malestar, no tu espíritu!

72. (Jesús:) Aunque te sientas fatal, Mi amor, es tu cuerpo el que sufre malestar, no tu espíritu. Tu espíritu está creciendo y más lozano que nunca. No lo ves, y quizás hasta te cueste creerlo ahora que te sientes tan enferma, pero Yo lo veo y lo sé. Cumplo Mis promesas, y cuando te quito algo —en este momento, la salud física—, siempre te doy otra cosa a cambio. Aunque tu cuerpo se sienta débil y agotado, y quizá hasta te sientas agotada espiritualmente de batallar con tanto malestar, créeme, tu espíritu está fuerte y se está fortaleciendo todavía más.

73. Tengo que fortalecer tu espíritu; de otro modo no serías capaz de sobrellevarlo. Eso hago. Te unjo y fortalezco para esta batalla. Te estás sometiendo a Mí, y cada vez que luchas hasta con tus últimas fuerzas te bendigo por ello. Aunque no te des cuenta, cada vez que luchas por aguantar un días más, por alabar y confiar en Mí en cuanto a la curación y el desenlace que deseas, te vas sanando. Te abres a Mi poder sanador.

74. Sé que todavía no percibes la curación en lo más mínimo y estás muy descompuesta y desanimada, pero como te dije, es tu cuerpo el que sufre malestar, no tu espíritu. En cuanto al espíritu estás de maravilla. En espíritu eres Mi soldado resplandeciente, una verdadera luchadora, una gran visionaria. Te parece que estás pasando por un martirio, pero al igual que todos los que han experimentado algo parecido y se han sometido a Mí a pesar de la prueba, recibirás el ungimiento mayor que dan las batallas que has ganado.

75. Al final del camino, una vez que nazca el bebé y lo tengas en tus brazos‚ tu impresión será muy distinta de las batallas que libraste, y podrás decir de corazón que valió la pena. No es que no vayas a recordar las batallas, sino que las verás desde otra perspectiva y no te parecerán tan perjudiciales para tu cuerpo. Podrás decir: «Me costó, pero me alegra en el alma que el Señor me diera las fuerzas para salir adelante.»

76. Ten la seguridad, Mi amor, de que estas dificultades no te durarán durante todo el embarazo. Te daré descanso y alivio del malestar extremo. Confía en que te ayudaré y te libraré en el momento oportuno que Yo disponga.

77. Te paso unas nuevas promesas de las llaves que puedes invocar para reforzar tu fe. Ante todo‚ ten la seguridad de que no te fallaré ni te dejaré huérfana. Estoy a tu disposición y te ayudo. Siento que esta sea una batalla difícil, pero vale la pena, y cuando obtengas la victoria recibirás la bendición y el resplandor que se otorgan por combatir bien.

78. Cuando te parezca que no puedes aguantar un momento más, invoca las llaves del aliento. Te darán las fuerzas y la fe que necesitas para asumir hasta la tarea más difícil y hacerla bien.

79. Cuando sientas que estás a punto de vomitar, invoca las llaves de la gracia y te aliviarán al máximo.

80. Puedo revertir todo malestar de tu cuerpo‚ y aunque no veas resultados inmediatos, sigue invocando las llaves de los milagros y al final verás que se obran cambios beneficiosos.

81. Si te he pedido algo, confía en que también te daré las fuerzas y el ungimiento físicos y espirituales para cumplir Mi voluntad si invocas las llaves.

Siempre elige la opción más sana

82. (Jesús:) En lo que se refiere a alimentación, lo mejor es que siempre optes por lo más sano y que evites las calorías superfluas que no les harán ningún bien ni a ti ni al bebé. Está bien que consumas dulces de vez en cuando, pero la verdad es que deberían ser algo ocasional, porque no te servirán de mucho. Tu comida debería estar equilibrada, de manera que des prioridad a comer lo que sea más importante.

83. En lo que se refiere al desarrollo de tu bebé, el mejor consejo que te puedo dar es que no te preocupes; ora por él. Ruega por su salud y fortaleza. Ruega que se cumpla Mi perfecta voluntad. Encomiéndamelo. Conságramelo. Ponlo en Mis manos. Eso será lo mejor que puedas hacer por su vida.

No tienes nada por qué inquietarte

84. (Jesús:) No tienes nada que temer, Mi amor, ni nada por qué inquietarte. La criatura está bien y se desarrolla con normalidad. Alégrate de que pronto entrará al mundo y formará parte de tu familia. Todo va bien. Traerá mucha alegría y amor a su vida, mucha felicidad, dicha y calidez. No temas, sino confía y ten tranquilidad.

85. Es importante que manifiestes serenidad y confianza en estos momentos‚ porque el bebé percibe tus inquietudes y temores y hasta puede resultarle desagradable y perturbador. Es importante que en este último par de meses que pasará en tu vientre esté lo más libre posible de todo estrés y agitación a fin de que siga creciendo y desarrollándose plenamente.

86. Echa, pues, tus preocupaciones e inquietudes sobre Mí, sabiendo que velo por ti y por tu pequeña. La he bendecido y la llevaré sana y salva a tus brazos en el momento que disponga. Lo prometo. Te amo.

Yo me ocupo de todo

87. (Mamá:) La siguiente profecía se recibió para una hermana que estaba preocupada por la salud del bebé que llevaba en su vientre. Aunque se había esforzado al máximo por comer bien y por la salud de su bebé, había sufrido mucho malestar en los primeros meses de embarazo, y le preocupaba que la criatura no estuviera obteniendo todos los nutrientes que necesitaba. También había consumido de forma asidua algo que después descubrió que contenía edulcorantes artificiales, que no son aconsejables durante el embarazo.

88. Le planteó sus inquietudes al Señor, como deben hacer cada vez que surja algo en su embarazo que las preocupe o inquiete, y Él le dio las siguientes palabras de consuelo con relación a la salud de su bebé.

89. (Jesús:) En tanto que hagas tu parte para suministrar al bebé los nutrientes y el buen alimento que necesita, Yo me ocuparé de hacer la Mía. Puedes confiar por entero en Mí en este sentido, Mi amor. No hace falta que te preocupes ni que te inquietes. Ahora bien‚ si hubieras desobedecido Mis reglas de salud, si no te esforzaras por comer lo mejor posible por el bien del bebé‚ si hicieras caso omiso de Mis consejos y de las recomendaciones de los demás, no podrías tener tanta tranquilidad. La perfecta paz de saber que lo tengo todo en Mis manos la tienes cuando haces todo lo que puedes y obedeces, como sé que estás haciendo.

90. No quiero decir que si alguna vez comes algo que se considere peligroso para el embarazo, debas preocuparte e inquietarte. Hay mucho que podrías hacer sin darte cuenta, o muchas cosas perniciosas que podrías comer sin saberlo, y te protejo y protejo a la criatura de los efectos negativos. Pero es muy distinto comer a sabiendas y con frecuencia algo que sabes que es peligroso, o consumir mucho alcohol cuando sabes que no debes. Yo no podría protegerlos a ti ni al bebé de lleno si desobedecieras a sabiendas e hicieras habitualmente lo que sabes que no debes.

91. Hay muchos aspectos de los que el Enemigo puede convencerte de que te preocupes durante el embarazo, y si cedes ante sus maquinaciones, podrías pasarte todo la gravidez con los nervios destrozados. Puede hacer que te condenes por algo que comiste‚ algo que hiciste‚ o por las bebidas alcohólicas que consumiste antes de quedar embarazada. Puede hacer que te preocupes por los días en que estuviste descompuesta y lo vomitabas casi todo. Tratará de preocuparte cuando no consumas la cantidad recomendada de proteínas en determinado día, aunque por lo general comas lo suficiente. Puede hacer que te desanimes mucho con relación a algo que comas y que después descubras que no es aconsejable durante el embarazo.

92. Puede hacer que te preocupes por las molestias y los dolores que sientes diciéndote que algo debe de andar terriblemente mal. Puede infundirte miedo cuando el bebé no se mueva mucho, y también puede infundirte preocupación cuando parezca demasiado activo, haciéndote pensar que ello también debe de tener algo de malo. Son muchísimas las preocupaciones que te puede infundir el Enemigo con relación a tu embarazo, y si le prestas atención‚ el embarazo te resultará muy desagradable.

93. Cuánto mejor es tener fe y confiar en que todo está en Mis manos, que soy dueño de la situación y velo por ti y por la vida que crece en tu interior. Esa es la única garantía que necesitas; ¡saber que me ocupo de todo!

94. No puedes abandonar toda precaución y esperar que Yo haga que todo salga a la perfección hagas lo que hagas. Pero en tanto que hagas lo que puedas por comer bien, dormir bien‚ hacer suficiente ejercicio y orar como debes —tanto por tu embarazo, como por el bebé y todas sus necesidades—‚ haré lo que tú no puedas. Soy el Creador del bebé, no lo eres tú. Tú no eres más que el vehículo que empleo, y tienes que ponerle combustible y cuidar bien de él, y más cuando hay un bebé en camino. De todos modos, en lo que se refiere a este, soy Yo quien vela por que se forme a la perfección. Si tú haces lo que puedes, no tienes que preocuparte de nada. Yo llevo a cabo la labor oculta de crear el milagro de una nueva vida en tu interior.

95. No permitas que el Enemigo te arrebate la felicidad ni la fe con preocupaciones. Si algo te molesta, consúltamelo. Si comiste algo que tal vez no debías y te diste cuenta de ello, pregúntame si todo va bien. No te limites a escuchar al Enemigo‚ que estará más que contento de decirte cada vez que lo escuches que la cosa no marcha bien, que el bebé no está creciendo a la perfección y otras patrañas. ¡Escúchame a Mí! Pon los ojos en Mí. Deposita tu fe en Mí. La salud y el bienestar de tu pequeño me preocupan mucho más que a ti. Él es Mío. Somos socios en esta empresa, y cumpliré con Mi parte del trato en tanto que cumplas la tuya.

96. Me da alegría y placer crear bebés sanos, bien formados y fuertes que se críen en Mi Reino. Gracias, amor Mío‚ por estar dispuesta a darme a luz a uno y por tener fe y confiar en que todo está bien, ¡porque lo está!

97. (Pregunta:) Jesús, dijiste: «Me da alegría y placer crear bebés sanos, bien formados y fuertes que se críen en Mi Reino». ¿Qué nos dices pues de los bebés que creaste y con los que bendijiste a hermanas de la Familia, pero no nacieron sanos, bien formados o fuertes?

98. (Jesús:) He creado con mucho esmero cada bebé con el que he bendecido a Mi Familia. ¡No hay uno solo que haya sido un error! Aunque les he enviado algunos que nacieron con problemas de salud o deformidades, cada uno se creó a la perfección en el plano espiritual.

99. Cada bebé se formó de la manera precisa que deseaba que tuviera para la misión particular que cumpliría en la Tierra, para el lugar singular que ocuparía en el corazón y la vida de ustedes, para el propósito para el que lo creé. Algunos de los bebés con los que he bendecido a la Familia pueden no parecer perfectos en un sentido físico, pero lo son a Mis ojos, porque los creé a la perfección.

100. De modo que si alguna vez los bendigo con un hijo diferente, no teman ni caigan en condenación. Sepan que esos niños son una bendición muy singular que les doy y traen consigo dones espirituales y recompensas que jamás cambiarían por nada. Confíen en Mí. Yo creo a cada bebé tan sano, bien formado y fuerte como necesito que sea para desempeñar su misión en la Tierra, para que se críe en Mi Reino y lleve a cabo la labor que acordó conmigo en el Cielo, ¡antes de siquiera llegar al mundo!

101. No hay errores con los niños que nacen dentro de la Familia. ¡A cada uno lo he seleccionado cuidadosamente y creado de una forma única para que lo amen, cuiden y eduquen para Mi gloria! (Fin del mensaje.)

Aprende a blandir activamente tu arma de la oración

102. (Jesús:) Si me encomendaras siempre tus inquietudes en oración, verías cómo todo iba mejor. Te preocuparías menos por lo que pueda pasar. Te resultaría todo más fácil‚ ya que me confiarías el resultado.

103. Esta es la época en que debes aprender a blandir activamente el arma de la oración. Da igual que no tengas ganas, si me pides que te ayude a encomendármelo todo más en oración y te esfuerzas por hacerlo cuando te doy el aviso, progresarás mucho más rápido. Te enredarás menos con preocupaciones e inquietudes que a veces limitan tu fe. Quiero que te aventures más en oración, y encomendándome los asuntos con más diligencia en oración, podrás confiar más en Mí y tener fe para el resultado.

104. Eres fiel en orar por la vida que llevas dentro. Cada vez que sientes una pequeña incomodidad, o un leve dolor o estiramiento al que no estás acostumbrada‚ y haces una oración por el bebé y por ti, te das cuenta de que la incomodidad desaparece y te asaltan menos preocupaciones por la criatura. Ese es un buen ejemplo de lo que debes hacer en todo aspecto de tu vida. Cada vez que se te cruce la menor inquietud por la cabeza, puedes apagarla desde el mismo principio encomendándomela en oración.

105. Es una fórmula infalible, sin lugar a dudas. Tomo tus preocupaciones y, mediante tus oraciones, te doy paz interior, además de responder tus ruegos y hacer lo que no puedas. Refuerza tus oraciones con alabanzas, amándome íntimamente e invocando las llaves y Mis promesas. Al hacerlo notarás que te fortaleces enormemente con las oraciones, porque sabrás que haces tu parte, y Yo tomaré cartas en el asunto y haré lo que no puedas. Haré los milagros que necesitas.

Dedica algo de tiempo y oración a cuidarte

106. (Jesús:) Tiene que haber equilibrio‚ sobre todo en este momento que te he bendecido con una vidita. Tienes que hacer tu parte por cuidar de tu cuerpo a fin de dar a tu bebé todo lo que necesita para desarrollarse sano y fuerte. Esa debe ser una de tus prioridades, no la puedes descuidar. Pero también debes dar con un buen equilibrio a fin de no aletargarte ni descuidar otros aspectos de tu vida.

107. Es de esperar que dediques más tiempo a dormir y comer, porque ambas cosas son necesarias para tu cuerpo en este momento. Sin embargo, te sorprendería cómo puedes ocupar esos momentos de manera positiva a fin de no descuidar tu espíritu. Por ejemplo, podrías aprovechar el tiempo que dedicas a prepararte algo de comer para alabarme un rato o hacer vigilia de oración. Lo mismo puedes hacer cuando te dispongas a salir de la cama. Aprovecha esos momentos para amarme, y te encontrarás mucho más animada para encarar el día.

108. También tienes que planificar mejor ciertos aspectos del día, a fin de comer lo que debes y de hacerlo en el momento apropiado. Ten siempre una alimentación equilibrada. Es posible que tengas que servirte porciones más pequeñas en las comidas, porque tu cuerpo no es capaz de asimilar tanto de una vez después de consumir tantas meriendas a lo largo del día. Reduce el tamaño de las porciones que te sirves. Aunque eso signifique comer con más frecuencia, al final será más llevadero para tu cuerpo.

109. Quiero ayudarte en esta temporada para que tu cuerpo y el bebé reciban todo lo que necesitan. Dedica, pues, algo de tiempo y oración a cuidarte. Verás su buen efecto y que influye para bien en todos los demás aspectos de tu vida.

Los sacrificios valen la pena por las recompensas eternas

110. (Jesús:) Ah, ¡cómo me encanta crear vida! Me da mucha satisfacción crear y desarrollar cada vidita. También es una hermosa etapa de transformación en la vida de la madre, una temporada en la que entabla lazos con el hijo antes de verlo siquiera. Y en muchos sentidos también te brinda un vínculo más íntimo conmigo, porque ves el esplendor de la obra de Mis manos y de la creación que se lleva a cabo en tu vida‚ en tu interior.

111. Una creación tan hermosa no llega sin dolores y molestias, y estoy orgulloso de ti por soportarlas con tanto valor, por no perder el ánimo y por dejar que obre en tu vida de esta manera. A veces te quedas atónita al ver que pueda crear con tanta perfección vida en tus entrañas. No es que no lo pensaras antes, sino que vivir tú misma esa experiencia te ha infundido un respeto renovado por la habilidad con que traigo al mundo cada vida. Pongo un cariño y atención inmensos en el desarrollo de cada bebé, ya que cada uno es muy valioso para Mí. El crecimiento de un pequeñín siempre ha sido y será uno de los puntos más destacados de Mi creación, y me brinda gran satisfacción.

112. A veces puede dar la impresión de que tú‚ la madre, tienes que dar mucho de ti misma para que esa pequeña vida salga adelante. Y si bien exige sacrificios y tiene sus dificultades, si apartas los ojos del presente y te fijas en el panorama general te darás cuenta de que esos sacrificios físicos valen la pena por las recompensas eternas que obtendrás en la vida. Tendrás a un hijo al que amar, cuidar, apreciar e instruir en Mis caminos. Conocerás de una forma mucho más profunda el amor maternal y encontrarás mucha alegría en esta nueva profesión. Las pruebas y adaptaciones del presente desaparecerán cuando tengas en brazos a tu pequeño; todo dolor y dificultad se olvidarán con el torrente de amor y satisfacción que te inundará el corazón.

113. Estás emprendiendo una nueva etapa en la travesía de la vida‚ Mi amor. Te cuesta conocer y entender todo lo que cambiará en tu vida, pero estoy orgulloso de ti por aceptarlo y dejar que obre en tu vida dándote un bebé. Este obsequio es todavía más valioso para ti‚ porque sabes que llevas mucho tiempo deseándolo, y me encanta que me hayas dejado obrar en tu vida de esta manera. Es una experiencia que te enriquecerá‚ te preparará mejor para todo lo que te espera a Mi servicio, y te enseñará además a amar al prójimo con más interés y comprensión.

114. Gracias por recibir a este pequeño en tu vida. Estoy orgulloso de ti por aceptar los ajustes que ello ha supuesto en tu vida y tu trabajo y por aprender a adaptar tu vida para dar a tu cuerpo y al bebé la atención que necesitan. Gracias por no desatender durante este tiempo el cuidado físico de tu cuerpo. Sé que crees que podrías cuidarte mejor, pero lo estás haciendo bien, Mi amor. Gracias a la diligencia y el interés que manifiestas en el cuidado de tu pequeñín, ha podido crecer y desarrollarse bien en estos meses. Me facilitas la labor de cuidarlo cuando haces tu parte por vivir como debes.

115. Cuidar bien del cuerpo durante el embarazo es un sacrificio que genera beneficios duraderos que siempre valen la pena. Así como no le retendrías la alimentación y los cuidados apropiados a un bebé del que estuvieras cuidando, es igual de importante que brindes los mismos cuidados a tu hijo que aún no ha nacido cuidándote bien en lo relativo a alimentación, ejercicio, descanso y bienestar general.

116. No te preocupes cuando te sobrevengan dolores y molestias extraños en el curso del desarrollo de tu pequeño. Aunque te desconcierte porque no entiendas del todo la causa de las molestias, si no apartas los ojos de Mí y confías en que velaré por tu pequeño y por ti, perfeccionaré lo que tenga que ver contigo.

Reabastécete espiritualmente cada día

117. (Jesús:) Una ley espiritual dice que la fe viene de oír y estudiar Mi Palabra. Cuanto más tiempo dediques a empaparte de ella y a almacenarla en tu interior, mejor será tu contrapeso de fe. En las últimas semanas no te has llenado tanto de la Palabra como lo necesitas. Te llenas más o menos, y eso funciona hasta cierto punto‚ pero ha transcurrido un tiempo desde la última vez en que pasaste un buen rato en Mis aposentos y dejaste que la Palabra te penetrara el corazón y te ayudara a fortalecer y edificar tu fe.

118. Esta es una de las razones por las que estás un poco más agobiada por inquietudes y preocupaciones; tu contrapeso de fe ha decaído un poco y hace falta que lo reabastezcas de manera firme y constante. No es que hayas descuidado por completo tus ratos de Palabra, pero has permitido que ya no sea lo más prioritario para ti. Les has dado menos importancia porque las exigencias físicas del embarazo te han parecido más complicadas e importantes. Pero, ¿te das cuenta, Mi amor? Esa negligencia solo te perjudica. Hace que te resulte mucho más difícil confiar en que velaré por el bebé y por ti.

119. Estás envuelta en una multitud de preocupaciones, y no las sobrellevas bien porque no cuentas con un respaldo de fe lo bastante sólido para disipar y contrarrestar esas preocupaciones. La preocupación nunca proviene de Mí. Por eso, cuando veas que caes en un torbellino de inquietud, ten la certeza de que no es Mi plan. Te traería gustoso en la dirección contraria si me ayudaras tomando todo el tiempo que debes pasar conmigo.

120. Escuchas Mi Palabra, pero no complementas lo que lees escuchándome sin falta. Por tanto, tus ratos de Palabra son algo mediocres y no te beneficias plenamente de ellos. También hay ocasiones en que me gustaría que te pusieras a estudiar Mi Palabra empapándote a fondo de ella, sin ninguna distracción ni interrupción. Pero te cuesta, y en vez de esforzarte‚ por difícil que sea‚ te contentas con algo inferior a Mi mejor opción, a lo que también sería lo mejor para tu espíritu. Eso, amor Mío, te perjudica.

121. Procuras aguantar con la esperanza de que cuando disminuyan algunas de las molestias más fuertes del embarazo estés mejor preparada físicamente para ceñirte a un horario mejor que te permita dedicar ratos ininterrumpidos a la Palabra antes de empezar el día. Pero reflexiona un poco: ¿es esa la mentalidad correcta? ¿No deberías esforzarte por cuidarte espiritualmente ahora tanto como después? Tus reservas espirituales no están bien abastecidas, y no cuentas con una reserva ilimitada de la que puedas echar mano. Tienes que reabastecerte espiritualmente cada día para contar con el nivel máximo de fuerzas y vitalidad espiritual.

122. Te has excusado demasiado en cuanto a tus ratos de apacentamiento espiritual, y eso me duele, porque afecta nuestra relación. Afecta Mi capacidad de ayudarte, de infundirte la fe para contrarrestar las preocupaciones del Enemigo y para que te plantes firme en las batallas y pruebas de cada día. Tendrás que hacer un gran esfuerzo por reservarme tiempo a pesar de las demás exigencias del día. Si te cuesta levantarte con el despertador, pídele a tu esposo que te despierte a cierta hora de la mañana a fin de que tengas tiempo para Mí.

123. No es que levantarte un poco más tarde sea tan malo para ti. Lo que pasa es que te cuesta mucho reorganizarte el resto del día para tener esos ratos conmigo. Eso es lo que quiero señalar en este mensaje. No puedes dejar de lado tus ratos de Palabra; solo te perjudicaría, y ya lo está haciendo. Si fueras fiel en reponer esos momentos y velaras por dedicar sin falta una hora y media entera a la Palabra, o mejor aún, dos, no importaría; pero no lo haces y eso me entristece.

124. Siempre te verás en circunstancias físicas que hagan que te cueste dedicarme el tiempo debido, y todavía más conforme crezca el bebé. Por eso, tienes que tomar la determinación personal y asumir el compromiso de cumplir los requisitos para la buena salud espiritual pase lo que pase‚ a fin de que puedas arreglártelas aunque tu horario ideal se venga abajo. ¿Tienes la dedicación suficiente para ello? Sé que quieres intentarlo, pero como dice el versículo: «El espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil» (Mat.26:41). Eso se aplica a tu caso. El cuerpo te pone más exigencias por el embarazo, pero no es algo sobre lo que no puedas remontarte, si bien hace falta que pongas entusiasmo y deseo de tu parte para lograrlo.

125. Siento tener que darte esta pequeña reprimenda sin pelos en la lengua, pero soy directo contigo porque sé que aspiras a lo mejor y a veces necesitas que te motiven a andar en la dirección debida. La alimentación que des a tu espíritu afecta todos los demás aspectos de tu vida: tu trabajo, tu estabilidad emocional y mental y hasta tu salud física‚ porque tu actitud puede darte el impulso necesario para remontarte o puede hundirte.

126. No voy a enumerar las formas en que puedes dar más tiempo a la Palabra, porque ya te he propuesto varios planes. Ahora debes determinar el plan que te comprometerás a cumplir y ceñirte a él pase lo que pase. Si necesitas ayuda, pídesela a tu esposo. Es muy posible que compruebes que solo pedirle ayuda te motiva más a levantarte por la mañana, porque sentirás el aguijón de la conciencia, que siempre sirve para incentivar.

127. Te amo y puedo ayudarte a superar esta etapa de transición. Aunque no te sientas contentísima en todo momento, puedo darte un espíritu victorioso y triunfante, sean cuales sean las batallas que libres durante el día. Recuerda, amor Mío, que todo esto tiene una razón de ser. En tu interior crece una hermosa vida nueva, un milagro de Mi mano en tu vida. Por eso, aunque te obligue a cambiar, considera que el esfuerzo vale la pena, ya que da lugar a un maravilloso tesoro y una muestra de Mi amor por ti. Es un obsequio de amor‚ y aunque llegue envuelto en un paquete incómodo, a medida que el tiempo desenvuelva este hermoso regalo‚ las pruebas y los retos que afrontas ahora caerán en el olvido ante la enorme alegría que te he puesto en las manos por lo mucho que te amo.

128. Cuídate, amor Mío‚ tanto en lo físico como en lo espiritual, que es igual de importante. Necesito que estés en perfectas condiciones para que puedas cuidar y educar a tu pequeño en los tiempos venideros. Te amo.

Amoldarse a la etapa final del embarazo

129. (Mamá:) Las tres profecías que les paso a continuación se recibieron para una hermana embarazada que estaba encarando varios cambios a la vez en la etapa final de su embarazo. Se acababa de mudar de Hogar, estaba cambiando de ministerio y además tuvo que estar alejada de su esposo durante dos meses. Todo ello‚ sumado a los desafíos que supone la fase final del embarazo la acercó mucho hacia el Señor, que la mantuvo a flote y le dio los consejos‚ el aliento y la instrucción que necesitaba a cada paso. Creo que estos mensajes serán muy alentadores para toda madre que tenga que vérselas con varios cambios en su vida o su situación durante un embarazo.

130. (Jesús:) Te he dicho que me valdré de este embarazo para bien en tu vida‚ pero ya te has desanimado. No ves de dónde vas a sacar las fuerzas para encarar todo lo que tienes por delante. Hay muchas cosas a las que debes amoldarte en este momento, y estar en un nuevo ambiente y una nueva situación te quita tiempo y energías físicas. Todavía no te has animado a ponerte a trabajar, no te hace ninguna gracia, porque estás exhausta.

131. No te pido que hagas esfuerzos excesivos. Tienes que adaptarte a las exigencias de tu cuerpo; no puedes operar de la misma manera que en los primeros meses del embarazo, porque no tienes las mismas fuerzas. Si te exiges demasiado físicamente, verás que ello también te afecta en el aspecto espiritual.

132. Eso es, en esencia, lo que te pasa. Por la mudanza te has exigido bastante durante un buen tiempo y no siempre has descansado lo suficiente. Además, ahora te estás acomodando a tu nueva situación, y eso te afecta todavía más, ya que no solo tienes que cuidar de ti misma, sino también del pequeño que llevas en el vientre.

133. No vale la pena que te exijas en exceso; tendrás que aminorar la marcha aunque te cueste y aunque te sientas un tanto inútil por un tiempo. Si quieres recuperar las energías y deshacerte del agotamiento‚ tendrás que cuidar mejor tu cuerpo. Nadie te juzgará ni evaluará por ello, y si ese es el motivo de tu preocupación, debes verlo como el espíritu del orgullo. Es el orgullo el que te hace dar por sentado que tienes que trabajar por tus propias fuerzas, que tienes que rendir tanto como los demás. Pero no es eso lo que Yo ni los demás te decimos. Date, pues, un respiro y no trates de ponerte presiones cuando no sea necesario.

134. Cuídate; es una obligación que tienes por la nueva vida que llevas en tu interior. Es agotador para tu cuerpo, sobre todo en estos últimos meses, y cuanto mejor te cuides en esta etapa, más energías tendrás cuando te toque adaptarte a la maternidad.

135. Veo el dolor de soledad que te afecta; echas de menos a tu esposo. Te da la impresión de que tienes que arreglártelas sola porque no cuentas con su apoyo a la mano. Sin embargo, nunca tienes que afrontar nada a solas, porque estoy contigo y tu esposo te apoya en espíritu, aunque en este momento no esté presente.

136. Es posible que tus emociones estén un poco más vulnerables en estos momentos, lo cual también se agrava con el agotamiento físico, mental y espiritual. Pero quiero sostenerte en espíritu. Tengo los medios para infundir a tu espíritu las energías que necesita, mas para recibirlo tienes que entrar en Mi templo y no pensar en lo que no tienes en este momento, sino alabarme y darme las gracias por lo que tienes.

137. Aunque deba pasar un poco más de tiempo hasta que puedas estar con tu esposo, esos días no tienen que alargarse y estar llenos de dolor y sufrimiento; puedes remontarte. A estas alturas es un reto un poco mayor, porque estás un poco más susceptible a las emociones, lo cual no es extraño en el embarazo. Experimentar tantos cambios de una vez y que se agrave con el agotamiento físico hace que la montaña parezca un poco más alta y difícil de escalar, que el peso parezca un poco mayor de lo que puedes soportar y el destino se vea distante e incierto.

138. Tienes que recargarte espiritual y físicamente para encarar las próximas semanas; eso en sí ya te levantará el ánimo y aliviará las emociones que te zarandean en este momento. Piensa en lo bueno, en lo positivo y lo hermoso, y te sustentará el espíritu y el tiempo pasará más rápido. Además‚ si tomas tiempo para recargar tu espíritu estarás más inclinada a tender la mano a los demás y pasar tiempo con ellos. Si tratas de hacerlo ahora para llenar el vacío que sientes, solo acabarás más agotada al no contar con reservas de las que echar mano. Mientras que si fortaleces tu espíritu y recobras también las fuerzas físicas, los resultados afectarán también los demás aspectos de tu vida.

139. Lo que quiero que recuerdes, amor Mío, es que estoy a tu disposición para llevar toda carga que tengas sobre los hombros. Yo no llevo solo las cargas de tu trabajo, sino también las que afectan tu corazón‚ siempre y cuando me lo permitas. No soporto que luches en vano‚ así que deja que lleve las cargas contigo. Te prometo que si lo haces sentirás que te quitas un peso de encima y que tu espíritu recobra la determinación y la combatividad que te faltan. Te quiero muchísimo y deseo ayudarte a remontarte, a sentirte feliz y satisfecha pase lo que pase. Puedo hacerlo si me abres tu corazón y tu vida de esa manera.

¡Una oportunidad ideal para que me acerque más a ti!

140. (Jesús:) Esta ha sido una época de cambios para ti, Mi amor, y en los próximos días seguirás adaptándote y reencaminándote. Comprendo que puede resultarte algo desconcertante. No es que te desagraden los cambios; más bien te parece que este estado de cambio ya dura bastante, y tener que estar lejos de tu esposo por un tiempo puede hacerlo más difícil. Pero quiero valerme de este tiempo para bien en tu vida. No quiero que trates de arreglártelas sola; quiero que lo veas como una oportunidad ideal para que me acerque más a ti y para que entables vínculos con los demás.

141. Aprovecho de varias formas esta temporada en beneficio de tu esposo. Aunque estar separada de él no sea tu preferencia, sé que el tiempo que pasen separados los beneficiará espléndidamente a los dos. Los preparará para lo que viene y les ayudará a crecer y ampliar sus horizontes de las formas concretas en que lo necesitan. Así, el tiempo que hayan pasado separados los beneficiará y cuando vuelvan a estar juntos y mientras se preparan para la llegada del bebé estarán mejor preparados para lo que les espera.

142. Necesito que vuelvas a darme prioridad en el día. Es comprensible que te sientas exhausta con todo lo que ha pasado, pero en vez de agobiarte con todo lo que queda por hacer, dedica tiempo a tener comunión conmigo, a empaparte a fondo de Mis Palabras, a fin de que tu espíritu se recargue y esté listo para lo que viene. Por un tiempo habrá mucho que hacer, y mientras te acomodas y adoptas una rutina determinada, habrá irregularidad en tus planes y tu trabajo y muchos ajustes que hacer tanto en el aspecto laboral como en el personal.

143. Tienes que relajarte un poco y hasta prepararte sicológicamente y preparar tu entorno para la llegada del bebé; de lo contrario, te sobrevendrá de repente y no estarás lista. Eso no significa que tengas que esforzarte por estar recontrapreparada, pero solo tomarte un tiempo para escucharme con relación a tu futuro papel de madre y la forma en que quiero servirme de él en tu vida te ayudará a prepararte espiritualmente. Si me has escuchado al respecto de antemano, tu mente y tu corazón estarán en la situación debida para adaptarte mucho más fácilmente a los cambios.

144. Eso no significa que todo seguirá igual que ahora, ni siquiera con el bebé. Es de esperar que te toque adaptar tu vida y tu programa de trabajo. Pero si en espíritu te has preparado, la adaptación física y emocional será mucho más fácil y suave al haberte ocupado de los preparativos espirituales, que son los que tienen el efecto más dinámico en tu vida.

145. La adaptación física no es la que te preocupa. Sabes que tener un bebé te exigirá mucho y conoces las numerosas obligaciones físicas que trae consigo un hijo. Lo más importante en este momento es que recargues adecuadamente tu espíritu; que te llenes de Mi Palabra a fin de tener la fe y los medios para afrontar los retos que te esperan. Si estás preparada espiritualmente, te adaptarás mejor a las exigencias físicas, habiendo hecho tu parte para prepararte en el aspecto que más importa.

146. Eso no significa que debas descuidar lo físico; también tienes que prepararte en ese sentido. Sin embargo, lo más importante es el espíritu, y el tiempo que pases conmigo y los momentos que dediques a volver a llenarte de Mi Espíritu te darán las fuerzas para aceptar los enérgicos cambios que traerá este pequeño a tu vida. Serán cambios hermosos y te encantará el resultado final, más deberás adaptarte.

147. En todo caso‚ no te preocupes. Hay ciertos asuntos para los que debes prepararte de antemano, y otros que puedes dejar que te revele sobre la marcha en vez de temer o preocuparte por ellos de antemano. Recuerda, Mi amor, que soy el autor de tu vida‚ de la de tu esposo y de la del pequeño que llevas en tu interior‚ y estoy escribiendo el guión de un futuro radiante para ti. Aunque por el momento te parezca un poco incierto, la situación empezará a aclararse y comprenderás lo maravilloso que es Mi plan. Espera un poco, y lo verás.

¡Te adaptarás fácilmente!

148. (Jesús:) Tienes mucho que agradecer. No lo digo para restar importancia al sacrificio que ha supuesto para ti estar apartada de tu esposo por esta temporada y las próximas semanas, pero si lo comparas con lo mucho más difícil que podría haber sido esta temporada, con las batallas todavía mayores que podrías haber pasado, verás la situación de una forma más objetiva‚ ¿verdad que sí?

149. Estoy orgulloso de ti por haber estado dispuesta a hacer estos sacrificios por la obra y por Mí. También es saludable para tu relación conyugal, porque contribuye a unir el corazón de los dos con más fuerza y amor. Te quedarás maravillada cuando veas que el tiempo que pasaron separados resultará muy valioso en su preparación individual para el bebé. Te preguntarás cómo puede ser. Pues bien; para empezar, permite que los dos pasen más tiempo conmigo. No es que hayan sido poco diligentes en este aspecto, pero cuando están alejados el tiempo que pasan conmigo cobra más valor. Se aferran a Mí con más apremio, y eso me permite realizar en ustedes la obra que sé que los preparará para los muchos cambios que experimentarán con la llegada del bebé.

150. Esta temporada también les ayuda a romper con sus rutinas y con las costumbres arraigadas que habían empezado a dominar su vida. Los dos están aprendiendo a diversificar sus ministerios y tareas‚ a recibir los cambios con los brazos abiertos y esforzarse por tener la debida escala de prioridades. Esas serán lecciones muy valiosas cuando llegue el bebé, porque verán que la situación no siempre estará perfectamente estructurada, y que a veces él determinará el orden del día y ustedes dos tendrán que aprender a acomodarse. Mas los sacrificios que hacen ahora van preparando el terreno para ello, dan flexibilidad a su espíritu para que se dejen llevar fácilmente por este hermoso cambio.

151. No son conscientes de la magnitud de las maravillas que les traerán los cambios que obrará este pequeño en su vida, pero sepan que son tantos que sería difícil enumerarlos todos. En cierto sentido, ahora están pasando por la etapa de las pruebas, pero ya se ve la luz al final del túnel y su espíritu comienza a sentir un impulso mayor y cobrar nuevas energías. ¿Te das cuenta? Siempre estoy contigo para darte la ayuda, las fuerzas y las energías que necesitas mientras realizas Mi obra. Tu parte trae aparejada cierta medida de sacrificio, pero siempre te doy sin falta la ayuda necesaria para que aun los aspectos difíciles te resulten más fáciles. Estoy contigo para sacarte adelante.

152. Gracias, pues, por entregarte a Mí de esta manera, por estar dispuesta a sacrificarte por el bien de los demás y de Mi obra. Siempre compenso esos sacrificios. Aunque por ahora no veas el pago‚ pronto empezará a verse más claro y comprenderás que, en efecto, lo hago todo bien. Haz una pausa y piensa por unos instantes en el papel tan activo que he desempeñado en la creación de este pequeño y en cómo he escogido el momento más oportuno. También has tenido un buen embarazo‚ sin náuseas ni incapacidad física, y eso te ha ayudado a seguir un ritmo de vida parecido al de antes. Te he ayudado a cumplir Mi cronograma perfecto.

153. Gracias por estar dispuesta a dar de esta manera a pesar de los sacrificios personales. Te daré a cambio cien veces más; siempre lo hago, porque te quiero en el alma y deseo lo mejor para ti.

Mi capacidad de sobreponerme a todo en el plano natural

154. (Mamá:) El Señor dio el siguiente mensaje para una madre que se enteró de que había algunos problemas de poca monta con relación a su placenta, que comenzó a sangrar un poco a los seis meses de embarazó. Cuando presentó el asunto al Señor, Él le explicó que, en Su sabiduría, le había permitido sufrir ciertos dolores en el costado que no tenían nada que ver con lo de la placenta. Los sentía cuando caminaba demasiado rápido o realizaba alguna actividad que la agotara en lo más mínimo‚ como hacer ejercicio.

155. Comenzó a sufrir ese dolor —que era como una punzada fuerte—, aproximadamente un mes antes de enterarse del problema de la placenta, y se desanimó bastante con ello. Oró para que desapareciera y pidió oración a otros, pero no desapareció. No obstante, se quedó sorprendida cuando más tarde se enteró de que ese fue el método que empleó el Señor para evitar que complicara los problemas de su placenta cuando no estaba al tanto de ellos.

156. Qué maravilla saber que nuestro Esposo lo tiene todo en Sus manos, ¿verdad? Aun ciertas molestias o problemas son cosas de las que se vale el Señor en nuestra vida para evitarnos problemas o complicaciones mayores, como hizo con esa madre.

157. (Jesús:) Cariño, quiero que veas Mi sabiduría y previsión en todo esto. En efecto, existe la posibilidad de una complicación‚ pero en este momento es solo una probabilidad; no algo real. He contenido la hemorragia para que no cause ningún daño grave, así que tú y la criatura están a salvo. Alábame por ello, y sigue alabándome por Mi poder para guardarte. Si haces tu parte no excediéndote y pidiendo oración, Yo haré lo que tú no puedes hacer.

158. En cuanto al dolor que sientes al hacer ejercicio, Yo sé que ha sido fuente de desaliento para ti. Tienes muchos deseos de gozar de buena salud y estar en forma para dar a luz al bebé y recuperarte bien después. No te fue muy bien en ese sentido en el primer embarazo, y querías hacerlo mejor esta vez. Por eso te desanima el dolor que sientes en el costado, ya que solo te permite dar caminatas suaves y hacer ejercicios ligeros.

159. Pero, Mi amor, lo permití para evitar que les ocurriera algo peor a ti o al bebé. Ese dolor te ha impedido hacer ejercicio vigoroso. Ello a su vez ha impedido que hagas esfuerzos excesivos sin saberlo, lo cual podría haber empeorado el problema de la placenta.

160. Si no hubieras tenido ese dolor para mantenerte a raya‚ podrías haberte excedido en el ejercicio, y eso habría causado una hemorragia mayor y otras complicaciones. ¿Lo ves, Mi amor? Te di este dolor en el costado para que no te excedieras. Gracias a él la hemorragia no fue peor.

161. Siento que tengas que sufrir este dolor y que sea una molestia, pero también ha sido tu salvación. Si te hubieras sentido lo bastante bien para hacer ejercicio más vigoroso, lo habrías hecho y, sin saberlo, habrías corrido el peligro de hacer un daño peor a la placenta.

162. Alábame, pues, hasta por el dolor, que te ha mantenido a raya y te ha ayudado a ser moderada en el ejercicio. Está bien que sigas haciendo ejercicios ligeros; de hecho, es muy beneficioso. Tienes que hacer algo para moverte y estimular el torrente sanguíneo cada día, aunque sea algo ligero. Por la debilidad de tu placenta, no puedes hacer nada más vigoroso en este momento.

163. Te prometo que si sigues teniendo esto presente en tus oraciones y pidiendo a los demás que oren por ti, si sigues haciendo tu parte, no te excedes en ningún aspecto de tu vida y no dejas de alabarme en todo, te protegeré y protegeré al bebé de todo daño o complicación.

164. Es prudente que el médico esté al tanto de la situación y examine cada tanto la parte que sangra, pero no cedas a la preocupación ni al temor. Hasta ahora he impedido que se convierta en un problema grave, y puedo seguir conteniéndolo. Impedirá que pierdas la actitud de apremio, y así debe ser, pero no debe infundirte preocupaciones ni temor.

165. Si empiezas a preocuparte o temer, será una clara señal de que te estás fijando en las olas de las posibles complicaciones en vez de poner los ojos en Mí y en Mi capacidad de sobreponerme a todo en el plano natural. Aunque el médico no sepa a ciencia cierta cuál es el problema, Yo sí lo sé, y lo puedo manejar.

Las complicaciones y el amor e interés del Señor

166. (Pregunta de una embarazada de la segunda generación:) En Ayudantes y entorpecedores, 1ª parte, el Señor dice que una de las formas en que Wolverín nos ataca a las embarazadas de la Familia es por medio de complicaciones. Yo crecí sin grandes temores a las complicaciones del embarazo, porque mi madre tuvo buenos embarazos y partos, al igual que muchas otras de mi familia. Además de eso‚ otras madres de cuyos hijos y bebés he cuidado tuvieron en general buenos embarazos, a pesar de ciertos momentos difíciles.

167. Pero en los últimos años he sabido de muchas más que sufren complicaciones durante el embarazo o el parto, y me pregunto por qué estaremos afrontando más complicaciones que nuestras madres. A lo mejor es que mientras crecíamos no estábamos al tanto de esas complicaciones. De todos modos, lógicamente si hubieran sido tantas a nuestras madres les habría resultado mucho más difícil tener tantos hijos.

168. ¿Será que las madres que estamos teniendo hijos en la actualidad y nuestros bebés somos blanco de más ataques espirituales que hace 10 ó 15 años, quizá por la mayor intensidad de la guerra espiritual? ¿O será que hemos sido más negligentes que nuestras madres en el cuidado de nuestro cuerpo y ello haya dado más lugar a complicaciones? Es evidente que el Señor se vale de distintas experiencias en la vida de cada persona, y por tanto quizá algunas simplemente tengan más dificultades en el embarazo y el parto porque sea esa la prueba que ha dispuesto el Señor para ellas, la forma en que fortalece su fe o algo por el estilo.

169. Mi pregunta es si las madres en edad fértil de la actualidad podemos esperar embarazos buenos y sanos en general si nos cuidamos bien, o si los niños que nacen en la actualidad están sujetos a mayores pruebas y batallas, por lo que debemos aprender a afrontarlas y aceptarlas como parte de la maternidad de hoy. A lo mejor esto no inquieta a otras madres, pero a mí en particular me gustaría saberlo si voy a tener 4, 5 ó 6 hijos o los que sea que me dé el Señor‚ y si la guerra espiritual va a tener más influencia en el proceso de traer una vida al mundo, porque eso significa que deberé tener la guardia más en alto durante el embarazo y el parto (no con miedo, sino con actitud vigilante), ya que el Enemigo nos atacará de ese modo.

170. (Jesús:) Ya sabes que el Enemigo siempre lucha contra lo que me agrada. Si Yo estoy a favor de algo, él se opone a ello. Si Yo estimo algo, el Enemigo lo aborrece. Todo lo que Yo creo con esmero, él siempre trata de destruirlo.

171. Al Enemigo se le ha concedido mucho poder en la Tierra en estos últimos años, porque se acerca su fin. Ya les he dicho que en los Días Postreros se desatarían más espíritus malignos de las profundidades y se les permitiría merodear por la Tierra‚ con lo que se intensificarían las batallas espirituales.

172. Esta es una de las formas en que el Enemigo ha tratado de causar daños, por medio de Wolverín y los de su calaña. A Satanás nunca le han gustado los niños. Le enoja ver la tremenda dicha y placer que obtengo al crear y enviar bebés al mundo. Detesta Mi capacidad de crear vida, de transportar un ser espiritual desde el Cielo hasta el plano físico. Aborrece el Poder que poseo mediante la procreación. Detesta Mi capacidad de crear a partir de la nada, de generar amor y vida donde no los había. Por tanto, y por su despreciable naturaleza y odio‚ ha enviado a Wolverín en una misión contra Mis hijos, con miras a impedir que Mis esposas me den a luz más hijos.

173. No digo esto para preocupar a nadie, sino porque es importante que comprendan que los asuntos espirituales se han vuelto más candentes e intensos. Las batallas espirituales son mayores. Ello se ajusta a las Escrituras y es una señal de los tiempos. Es una de las razones por las que traer hijos al mundo se ha convertido en una batalla mayor para las madres, y seguirá siéndolo para algunas. Es que el plano espiritual está mucho más activo, y el Enemigo anda patrullando el mundo con todas sus fuerzas.

174. Pero eso no significa que el Enemigo pueda más que Yo ni que pueda hacer daño a alguna de Mis esposas o sus hijos sin Mi autorización. Al decir que la guerra espiritual se ha intensificado‚ quiero decir que Mis esposas deben tener una actitud de más vigilancia espiritual. No significa en modo alguno que a partir de ahora deban esperar embarazos más difíciles, ni que cada vez que surja un embarazo sea difícil porque el Enemigo las combate.

175. La promesa a la que puede asirse toda futura madre es que si hace su parte por obedecer la Palabra, por cuidar de su cuerpo y de la criatura que lleva en su vientre como instruye la Palabra, Yo haré Mi parte y cuidaré de ella. Si haces lo que te corresponde y vives bien, comes bien, haces suficiente ejercicio, te esfuerzas por llevar una vida espiritual limpia y fuerte y crees de corazón que estás luchando y haciendo lo que debes, tu fe no tiene por qué tambalearse. Haces lo correcto y cuentas con Mi plena protección. Tu bebé recibe Mi resguardo total. Tienes garantizados todos Mis cuidados.

176. De ese modo, aunque surjan dificultades en el embarazo o haya complicaciones con el bebé o con tu salud, puedes gozar de plena tranquilidad sabiendo que se ajusta a Mi voluntad y que lo he permitido.

177. A veces las dificultades que se dan durante el embarazo son precisamente lo que necesito para obrar en la vida de la madre y de su cónyuge. A lo mejor quiero valerme de la experiencia para fortalecer su fe, o como una magnífica oportunidad de acercarlos mucho a Mí antes de que nazca el pequeño y se transforme su vida. O quizá es que sé que esas temporadas difíciles y las decepciones son precisamente lo que necesitan para afianzar su condición de discípulos y ayudarles a progresar en su vida espiritual, o para infundirles humildad y más compasión y amor. A veces puede ser incluso para que puedan brindar mayor aliento a otros y consolarlos con la consolación que les he dado (2Cor.1:4).

178. Yo no me tomo a la ligera las dificultades del embarazo y el parto. Me ocupo con sumo cuidado, cariño y ternura de todo lo que tenga que ver con los niños. Consulto cada decisión con Mi Padre y Mi Madre y si hace falta presión adicional, la aplico con mucha ternura.

179. Por eso, si has tenido dificultades en el embarazo o el parto‚ confía en que Mi mano rodeaba la situación y la tenía perfectamente dominada. Nunca dejo que una de Mis madres sufra sin necesidad. Toda dificultad que permito, la permito porque puede generar mucho bien. Cuando no es así, mantengo alejada la dificultad. Pero si es buena para ti‚ y si mejorará tu vida y aumentará tu amor por Mí, la permito‚ aunque cause algún dolor, incomodidad o decepción, sabiendo que el resultado valdrá la pena, tanto para ti como para Mí.

180. Ahora bien, hay ocasiones en las que un embarazo se hace difícil porque la mamá no ha cuidado bien de sí misma y del bebé. Esas son situaciones lamentables. Yo podría darles a ella y a su pequeño mucho mejor cuidado y protección, pero si los dos sufren por las malas decisiones de ella y porque no se cuidó, tengo las manos atadas hasta cierto punto y me veo limitado.

181. Tener una criatura en tu vientre conlleva una responsabilidad muy particular. Sé que es sumamente difícil sacrificar tu cuerpo y tus preferencias por una pequeña vida que ni conoces todavía. También sé que a algunas les cuesta más que a otras. Es difícil comer más cuando sabes que a consecuencia de ello podrías perder la figura que tanto te has esforzado por mantener en forma. Es difícil aminorar la marcha o descansar cuando lo necesitas si estás acostumbrada a llevar una vida muy activa. Es difícil efectuar tantos cambios en tu vida personal y hacer tantos sacrificios por una pequeña alma que ahora ocupa parte de ti.

182. Sin embargo, entregar su imagen‚ su estilo de vida y sus deseos a cambio de una nueva alma humana, vale la pena, amores Míos. Ningún precio es demasiado elevado para el tesoro de una vida. Yo pagué el precio de Mi sangre y Mi vida para obtener la vida de ustedes y tenerlas para siempre conmigo. ¿No creen que pueden pagar el precio de un poco más de peso, de tener menos tiempo libre‚ para recibir esta vida eterna que les quiero dar? Nadie tiene mayor amor que la que pone su vida por su hijo. Gran amor es ese.

183. ¡Así que cuídense, Mis hermosas mujeres y madres! Cuando no se cuidan, no solo sufre su hijo, sino Yo también. Sufro porque no puedo participar tan íntimamente en la salud y el crecimiento de su bebé, y tampoco puedo mantenerlas tan fuertes y sanas. Cuando se toman atribuciones que me corresponden a Mí y no confían en que velaré por ustedes o por su hijo, anulan Mi participación directa en su embarazo. ¿Vale la pena ese trato? ¿Prefieren sentir que regulan mejor su peso y su forma de vida y perder así parte de la garantía de Mi protección y participación en su embarazo? ¿O prefieren sacrificar parte de sus deseos, su imagen y su orgullo para vivir de forma saludable y esforzarse por estar encarriladas tanto física como espiritualmente, obteniendo a cambio más de Mis cuidados, protección, salud y beneficios? Ustedes decidan.

184. Esa es en esencia Mi respuesta: en efecto, la guerra espiritual se ha intensificado, e incluye los ataques espirituales de Wolverín y de Satanás contra sus hijos y contra las que dan a luz a los niños.

185. —Pero también disponen de más poder en el plano espiritual y de poderosos ayudantes espirituales que se les han asignado para defenderlas a ustedes y a sus hijos a fin de que puedan repeler los ataques de Wolverín y estar a salvo de ellos.

186. —También les prometo protección y seguridad total a cambio de su obediencia. Y me refiero a la obediencia espiritual tanto como a la física.

187. —Deben dar cuenta de su vida espiritual y de su relación conmigo. Cuando están embarazadas su responsabilidad es todavía mayor, pues son responsables de la vida y el espíritu de otro ser. En cierto sentido, tienen que luchar con más ganas, porque sus decisiones afectan ahora la vida de otro.

188. —Tienen la obligación de obedecer en el aspecto físico. De velar por la salud del bebé, aunque les cueste. De hacer lo que puedan para que esté bien alimentado y crezca fuerte. Si su hijo tuviera cinco años, ¿se negarían a darle de comer cuando tuviera hambre, solo porque ustedes no quisieran comer en ese momento? ¿Le negarían el sueño cuando estuviera cansado por tener ustedes demasiado que hacer? ¿Descuidarían su cuidado por preferir estar en una fiesta o disfrutar de la convivencia con otros?

189. Si quieren conocer un secreto que las ayudará a prepararse para el parto y ser madres en general, les diré que empieza nueve meses antes de nacer el bebé. Comienza por aprender a anteponer esa vida a la propia, antes de ver siquiera su rostro. Por aprender a vivir de manera desinteresada, por dedicar tiempo al hijo antes de que lo tengan siquiera en sus brazos. Las decisiones que toman mientras están embarazadas determinan la clase de madre que serán cuando nazca el bebé. ¿Deciden con desinterés y amor, basándose en la oración y la Palabra?

190. Sé que es difícil anteponer las necesidades y el bienestar ajenos al propio. Pero les prometo que siempre vale la pena y es gratificante.

191. —Por último‚ si son fieles y me obedecen tanto física como espiritualmente, y a pesar de ello se topan con dificultades o complicaciones‚ no se preocupen. Dense cuenta de que es el accionar de Mi mano que obra con cariño en su vida de la forma exacta en que sé que lo necesitan. Tengo la situación en Mis manos y permito esa complicación por una razón muy buena e importante. Me sirvo de ello para obrar en su vida. No es porque se hayan portado mal ni porque no estén a la altura de otra madre que haya tenido un embarazo o parto mejor, por ejemplo. Es que las amo y sé que puedo confiar en que me seguirán amando y seguirán confiando en Mí a pesar de las dificultades y complicaciones.

192. Ante todo, no quiero que el Enemigo asuste tanto a alguna que no quiera tener hijos. Esa es la meta de él, lo que le brinda satisfacción. Sus ataques contra la vida de Mis hijos que todavía no han nacido se han intensificado, ¡pero también han aumentado Mi poder y Mis recursos para proteger, brindar seguridad y librarlos! Así como en estos años son mayores las sanciones en caso de desobediencia, también reporta mayores beneficios la obediencia. Y uno de ellos es la bendición de más protección y seguridad durante el embarazo.

193. Haré cualquier cosa para bendecir a una esposa obediente. Cuando veo a una madre que deja de lado su corazón y su vida para obedecer Mi voluntad y agradarme, me desvivo por prodigarle beneficios y bendiciones. No siempre será eliminando toda complicación o dificultad en la gestación; puede que sea dando mejor salud a la criatura, o dotándola de una mente más ágil y despierta, o respondiendo a otras oraciones de los padres con relación a la personalidad o los dones del niño‚ o bendiciendo a la madre con una rápida recuperación después del parto, o generando una unidad más grata entre los padres, o concediendo a la madre una gran victoria en un aspecto de su vida en que haya luchado y por el que haya orado mucho tiempo. ¡Las opciones de beneficios son ilimitadas! Como dije, me desviviré por colmar de beneficios y bendiciones a Mis esposas obedientes.

194. Me encanta enviar niños a la Tierra, y no dejaré de hacerlo por mucho que ataque el Enemigo. Tampoco deben impedirlo ustedes, porque las garantías y promesas que les he dado soportarán, superarán y frustrarán todo que intente el Enemigo contra ustedes. Su poder es insignificante. No puede impedirme que cree lo que me apasiona. La obediencia de ustedes, aunada a Mi brazo, lo vencerá siempre.

¡Adáptate a las etapas del desarrollo!

195. (Mamá:) La siguiente profecía la recibió una hermana que estaba en el tercer trimestre del embarazo y empezó a tener dolores agudos de abdomen. Consultó con el Señor, y Él no se limitó a decirle que no era motivo de preocupación‚ sino que también le dio algunos consejos prácticos para mejorar la situación. ¡Quizá también les resulten útiles a ustedes! O mejor aún, pidan al Señor consejos personalizados para ustedes.

196. (Jesús:) No quiero que te preocupes por este dolor, porque no es nada serio; es uno de los dolores típicos del embarazo. Estás entrando en la última etapa de gestación, y a medida que crece el bebé, le queda menos espacio para moverse y hay menos espacio para tus órganos. Es normal que todo esté algo apretujado adentro, lo cual produce molestias distintas de las que experimentaste en las primeras etapas del embarazo.

197. Debes comprender que en cada etapa tienes que adaptar ciertos aspectos de tu cuidado personal a fin de satisfacer tus necesidades y las del bebé en ese momento determinado. Claro que hay algunos principios generales en cuanto a lo que debes hacer, como alimentarte bien, descansar lo suficiente y hacer ejercicio sin falta, pero también hay ajustes que tienes que hacer a lo largo del embarazo a fin de adaptarte a las etapas del desarrollo.

198. Una de las razones por las que sientes dolor en la parte superior del abdomen es que debes ajustar la cantidad y la frecuencia de las comidas y meriendas, a fin de ingerir porciones más pequeñas que antes. Tu aparato digestivo está siendo empujado hacia arriba a fin de dejar espacio para que se desarrolle el bebé, y si comes porciones demasiado grandes, puede ser causar de más incomodidad y dolor. También tienes que hacer más pausas a lo largo de día en tu trabajo de escritorio, porque no es saludable que estés sentada durante ratos demasiado largos, y si no tienes la postura debida en todo momento serás más propensa a dolores y molestias en el abdomen y la espalda.

199. Ahora que estás en la última etapa del embarazo también tienes que disminuir la intensidad del ejercicio que haces. Sé que a veces te entran ganas de correr o hacer algo vigoroso, pero ahora que tienes la panza más grande y que estás más pesada en general tienes que ir un poco más despacio. Las sacudidas y los tirones repentinos pueden causarte más dolor, y si haces ejercicios agotadores, te darán calambres y otros dolores y malestares. Empieza a aminorar la marcha. Eso no significa que debas dejar de hacer ejercicio; tienes que seguir haciéndolo. El ejercicio frecuente a lo largo del embarazo es imprescindible para mantenerte en forma, tener salud y contar con las energías necesarias para el parto. También le ayuda al cuerpo a mantenerse saludable, lo cual te ayudará a recuperarte más rápido después del alumbramiento.

200. Haz ejercicio con moderación. Ve al mismo ritmo que tu cuerpo y presta atención a los avisos y señales que te da. Que tengas las energías necesarias para hacer cierto ejercicio un día no significa que las vayas a tener al día siguiente; tienes que adaptar el ejercicio en consecuencia. Si te exiges demasiado, el cuerpo lo sentirá, porque ya tiene mucho que aguantar en las etapas finales del desarrollo del bebé.

201. No te inquietes, pues, por el dolor que sientes ahora, que no es nada grave y obedece a la falta de espacio en tu interior. Pero puedes ayudar a tu organismo a sobrellevarlo mejor adaptándote en ciertos aspectos de tu vida diaria. Aquí tienes algunas formas de aliviar la incomodidad:

202.Al levantarte por la mañana, tómate unos minutos para estirar los músculos. Los músculos suelen estar agarrotados y adoloridos después de la noche‚ así que tómate de 5 a 10 minutos antes de comer o beber nada para estirar el cuerpo y ayudar a la sangre a correr con soltura otra vez.

203.Reduce la cantidad de comida o líquidos que ingieres de cada vez; fíjate un límite máximo mental de lo que puedes digerir bien de una vez. Por lo general, no te sientes llena sino hasta 15 ó 20 minutos después de comer. Deja de comer o beber antes de sentirte llena; así tu organismo no tendrá que esforzarse por digerir más de lo que puede.

204.Levántate y camina con más frecuencia durante el día. Es importante que lo hagas sobre todo después de comer, ya que al sentarte empujas un poco el bebé hacia arriba. Eso te aprieta el aparato digestivo, dificultándole su labor.

205.Vacía la vejiga con frecuencia, aunque no tengas muchas ganas de orinar.

206.Bebe más líquido, sobre todo agua, aunque también puedes consumir en jugos frescos parte de las frutas y las verduras que te hacen falta.

207.No te excedas al hacer ejercicio, aunque te parezca que puedes hacer más. Te conviene ir más lento en esta etapa final para que no te hagas daño ni te agotes físicamente. Si te exiges demasiado, aunque no lo sientas en el momento al día siguiente te afectará si fue excesivo. Haz sin falta los ejercicios de enfriamiento y estiramiento al final de cada sesión de gimnasia.

208. Ante todo‚ Mi tesoro, ten la certeza de que velo por ti y por tu pequeñín y no permitiré que te ocurra nada malo. Te cuido con cariño; soy tu Médico, tu Cuidador amoroso y todo lo que podrías necesitar. Confía en Mí, en que terminaré esta hermosa creación. Mantén los ojos en Mí. Encomiéndame toda preocupación en oración y alabanza y verás cómo la borro y te indico cómo puedes mejorar la situación.

209. Puede que haya cosas que simplemente tendrás que aguantar, por ser parte del proceso de creación, pero aun en esos casos puedo darte la gracia y la fortaleza para soportarlas con dignidad y con la confianza de que velo por ti. Estoy a tu lado en todo momento a lo largo de esta hermosa experiencia, y no te abandonaré. ¡Gracias por dejar que me valga de ti como vasija para traer otra vida a este mundo!

Preparativos espirituales, emocionales y físicos

210. (Jesús:) Prepararse para tener un bebé transforma la vida. No siempre se nota la diferencia durante el embarazo, pero el día en que esa ricura alegre tus brazos, se producirán cambios trascendentales que sentirás el resto de tu vida; cambios beneficiosos que recibirás con alegría y gratitud al verlos con Mis ojos.

211. Hay varios sentidos en que puedes prepararte para tener el bebé y que te enumero a continuación. Si eres fiel en hacer esas cosas, puedes dejar todo lo demás en Mis manos con plena confianza‚ sabiendo que Yo haré lo que tú no puedas. Eso sí, recuerda que una clave para que este plan de preparación tenga éxito es que hagas tu parte. Solo así podré hacer Yo la Mía.

212. Preparación espiritual: Es muy importante que te prepares espiritualmente. La mejor forma de hacerlo es pasar sin falta ratos provechosos conmigo cada día. Tienes que fortalecer los músculos de tu fe. Eso te ayudará a estar lista para adaptarte a los cambios que supondrá tener a un pequeñín en tu vida. Además de dedicar momentos al estudio provechoso de la Palabra, es importante que mantengas la guardia en alto contra el temor en cualquiera de sus formas. Incluso los temores sutiles y pequeños deben contrarrestarse de inmediato. La mejor arma que puedes emplear contra el miedo y la preocupación es la alabanza. Si alguna vez te preocupas por que el parto no vaya a salir bien o no vayas a estar preparada‚ tómate unos instantes para alabarme y amarme por los muchos milagros que he obrado hasta ahora en la creación de la pequeña vida que llevas adentro. Alábame porque perfeccionaré la buena obra que he comenzado y porque te daré las fuerzas, la fortaleza y la resistencia que necesitas para traer a esta criatura al mundo.

213. Preparación emocional: Aunque en este momento no sientas inestabilidad emocional, de todos modos te conviene prepararte por si acaso. No hace falta que sea un asunto psicológico de grandes proporciones‚ en gran parte tendrá que ver con lo preparada que estés en los aspectos espiritual y físico. Una forma de prepararte emocionalmente es leer testimonios de partos positivos y practicar técnicas de respiración. Dedica también un tiempo a memorizar promesas de las llaves sobre el parto, a fin de que puedas aferrarte a ellas cuando estés dando a luz. Así tendrás algo en lo cual concentrarte y te ayudará a no perder el control, a no tener miedo y contar por fe con Mi capacidad para sacarte adelante.

214. Preparación física: Te di algunos consejos para prepararte emocionalmente, y también se pueden aplicar a esta sección. Otra forma de prepararte es arreglar todo para la llegada del bebé con la mayor anticipación posible. Conforme avance el embarazo, tendrás menos energías para preparar cuanto te hará falta. Aprovecha estos momentos para concentrarte en ello, para no andar a las prisas al final. Puedes hacerlo preparando su cuna, organizando la habitación, separando la ropa de recién nacido, y otras cosas por el estilo. Aunque te parezca prematuro hacerlo, verás que las semanas pasan volando y te conviene estar lista con tiempo de sobra en vez de dejarlo todo para las últimas dos semanas.

215. También debes dedicar tiempo a aumentar tu resistencia y tus energías. Te ha costado hacer ejercicio con frecuencia, pero si quieres estar en forma y tener las energías necesarias para el parto, aprovecha estas semanas para fortalecerte y acumular energías. No me refiero a exigirte hasta el límite, sino a hacer gimnasia con diligencia para aumentar tu fortaleza, lo cual te facilitará el parto.

Mensaje de un niño que aún no ha nacido

216. (Bebé:) ¡Hola, mamá! ¡La vida es de lo más emocionante‚ sobre todo cuando es tan nueva! Soy una página en blanco, con el corazón, la mente y el alma limpios, creados para ti en particular. Soy como un cuaderno con páginas limpias, blancas, frescas y vacías en las que puedes escribir el amor de Jesús‚ que puedes llenar con Su atención y en cuyos capítulos puedes verter todo el amor y la sabiduría que Él te ha dado.

217. A medida que vayas escribiendo Su amor y Sus pensamientos en mis páginas, me convertiré en un testamento que otros leerán. Cuando me vean, verán los escritos de Él, Su desvelo y amor. Soy un testimonio de la eficacia del amor‚ de que el fruto del amor es amor, de que el amor nunca falla, de que el amor supera la comprensión humana. ¡Es una verdadera maravilla!

218. Al mirarme llorarás de alegría y asombro ante mis delicadas y pequeñas facciones y porque Jesús me hizo perfecto en todos los sentidos. Llorarás de alegría al contemplar el milagro de un recién nacido y sentirás el amor de Jesús con gran perfección‚ de un modo maravilloso y con una satisfacción que superará todo lo que hayas sentido antes. Este es Su regalo para ti. Te convertirá en la más feliz de las madres. Los llenaré a ti y a todo el Hogar de alegría por la maravilla de una nueva vida, de una nueva creación. Llenaré el Hogar de novedad, de la presencia de un recién llegado del Cielo.

219. Soy un regalo de amor para todos ustedes; soy el bebé de todos, la recompensa de todos, un regalo del Cielo para todos. Traeré un toque de emoción, frescura y novedad. Traigo la frescura del Cielo, como rocío sobre la tierra. Traigo conmigo nuevas bendiciones y la frescura y la vida que solo pueden brindar los niños y los bebés; las risas, la alegría y la unidad que nos acompañan por dondequiera que vamos.

220. Brindaré alegría de una forma novedosa y particular para cada uno‚ y seré una bendición para la vida de todos. Los bebés saben sonsacar amor y ternura, y yo lo haré en este estupendo Hogar al que tendré el honor de integrarme muy pronto. Me estoy preparando para conocerte, y a medida que me desarrollo, también se desarrolla mi corazón y mi amor por ti, del mismo modo que crecerá el amor que me tienes y el que nos tenemos. ¡Te quiero mucho! ¡Hasta pronto!

© La Familia Internacional, 2006