Pautas de cortesía para discípulos, 1ª parte

Maria
August 14, 2006

Table of Contents

BN 1183 DF/MM/MC AGO. 2006

Carta de María DF/MM/MC 3603 VI-2006

Cita de la portada:

La urbanidad, esos gestos sencillos de amor y respeto‚ son la crema y las fresas del pastel de la vida. ¡Sirve a los demás porciones generosas, y te amarán!

Los padres y maestros pueden pasar a sus hijos o alumnos cualquier porción de esta Carta que sea apropiada para su edad.

Apreciada Familia:

1. Mientras trabajaba en El arte de la guerra, 6ª parte‚ que destacaba el arma de la Ley del Amor, el Señor me inspiró el deseo de publicar más consejos prácticos para ustedes sobre cortesía y buenos modales. En la Palabra hay muchos consejos excelentes sobre el amor, tratar a los demás como queremos que nos traten a nosotros, amabilidad y consideración, pero no hemos publicado muchos ejemplos ni consejos prácticos para manifestar amor en la vida diaria.

2. Ahora bien, yo sé que tener buenos modales‚ manifestar cortesía y urbanidad, no es la única manera de manifestar amor. No resto importancia a las otras‚ como ayudar abnegadamente al prójimo, contribuir económicamente u orar los unos por los otros. De todos modos, la buena educación es una parte importante del amor que manifestamos y un aspecto en el que a todos nos convendría mejorar y que ni siquiera exige mucho esfuerzo. Al tener buena educación demostramos a los demás que nos interesamos por ellos, que los queremos y nos importa su felicidad. Es una forma ideal de fomentar la unidad y la hermandad y hace la vida comunitaria mucho más agradable.

3. Tener buenos modales y aprender a ser más corteses no solo mejorará la vida en los Hogares y hará que todos nos sintamos más felices y amados; así también daremos mucho mejor testimonio a la gente de afuera, a las ovejas, los amigos y los benefactores con los que nos relacionamos. Los sencillos pasos que demos para manifestar amor de un modo práctico no solo significarán mucho para quienes nos rodean, sino para cualquiera con quien tengamos contacto.

4. Aunque tengas un corazón muy cariñoso y albergues buenas intenciones y sentimientos cariñosos hacia los demás, si no sabes manifestar ese amor de un modo práctico, no significa nada. Como dice esa frase: «El amor no se te dio para guardarlo. El amor no es amor si no lo has dado.» Tenemos que dar amor. Tenemos que manifestarlo. Y una forma de hacerlo es al pulir nuestros modales y cultivar la cortesía y la consideración como se hacía antes. La buena educación es una forma práctica de manifestar amor.

5. Desgraciadamente, muchos de la Familia nos quedamos algo cortos en lo que se refiere a urbanidad y cortesía elemental. No estoy segura de a qué se deberá. Quizá en algunos casos se deba a que no les enseñaron a conducirse con cortesía; nunca se les dio esa instrucción. A lo mejor algunos conocen las normas elementales de urbanidad pero han permitido que las presiones de la vida desplacen ese aspecto tan importante. Quizá otros se hayan tomado demasiadas confianzas con quienes los rodean y ya no les parezca necesario manifestar amor en los pequeños detalles. Les parecerá demasiada molestia. O a lo mejor piensen: «No hace falta que tenga mejores modales con las personas con las que vivo; me comprenderán y amarán a pesar de todo.»

6. A lo mejor trataron de elevar el nivel de cortesía que se exigen y alentaron a otros a hacer lo mismo‚ pero se desalentaron porque no llegaron a ninguna parte. O a lo mejor la buena educación se ha perdido en su Hogar por el tamaño de este y porque todos están demasiado ocupados y consideran que no tienen tiempo para la cortesía. Quizás ocupe el último lugar de sus prioridades; tal vez les parezca que hay muchos otros asuntos más importantes, y no ven por tanto la razón para tomarse la molestia de pulir sus modales.

7. Sean cuales sean las razones por las que se ha perdido el espíritu de cortesía y buena educación en los Hogares, tenemos que dar un giro. Es preciso que nos demos cuenta de que en efecto es importante. Es parte de manifestar amor. Fomenta la unidad y contribuye a formar un equipo ganador fuerte. Es parte del ejemplo y el testimonio que damos al mundo. Consolida la hermandad. Es una forma de emplear ofensivamente el arma de la Ley del Amor. También es una forma de educar y de enseñar a nuestros hijos a dar un ejemplo magnífico de amor y consideración cuando se vayan haciendo adultos.

8. Tenemos que darnos cuenta de que la urbanidad, los buenos modales y la cortesía no son solo algo agradable; son una necesidad. Algo imprescindible. No digo que ahora tengamos que adoptar la mentalidad de ceñirnos a la letra de la ley en ese sentido. No me refiero a volvernos estirados, ceremoniosos y remilgados. Me refiero a incorporar la cortesía y unos buenos modales sencillos y amorosos a nuestra vida diaria; no solo por nuestro bien, sino por el de nuestros hijos y del testimonio que damos. Es lo que el Señor nos pide y lo que debemos exigirnos a nosotros mismos.

9. Cuando sus amigos y miembros activos visitan el Hogar, esperan ver el amor en acción. Les deben eso. Y como todos sabemos, lo que más se nota y lo que más ilustra el amor son los pequeños actos de cariño y buena educación de cada día. Para que eso se manifieste, tienen que cultivar en todo momento la urbanidad. Ni ustedes ni sus hijos pueden fingir dar buen ejemplo a las personas a las que atienden. La conducta cortés y amorosa es algo que se tiene o no se tiene, y los demás lo ven, lo notan.

10. Por consiguiente, como en la Familia hace tanta falta que aprendamos las normas de trato social, oramos al respecto y el Señor y Papá nos dieron muchos mensajes sobre el tema. Estudiamos esos mensajes y sacamos las citas, consejos y recomendaciones más destacados para pasárselos a ustedes. También los clasificamos por temas para facilitar su lectura y repaso. Estoy segura de que todos verán algunos aspectos en los que ya se conducen bien y otros en los que les convendría mejorar. Hasta es posible que ciertas cosas sean pequeñas revelaciones para ustedes, porque no se daban cuenta de que eran parte del amor y la buena educación.

11. Muchos de los puntos serán un repaso. Así que no se sorprendan si al empezar a leerlo casi todo les resulta muy familiar. Lo más probable es que así sea. Sin embargo, incluimos tantos puntos que ya han oído muchas veces porque todavía nos hace falta mejorar en esos sentidos. Desgraciadamente, como hemos perdido tanto la costumbre de obrar con cortesía‚ hemos comenzado a dejar de lado algunos de sus aspectos más elementales. Por eso, tómense a pecho incluso lo que les parezca un repaso‚ y no hagan caso omiso de ello. Asimismo, pregunten al Señor cómo pueden mejorar en esos aspectos.

12. Pero no se abrumen con tantos puntos. No hace falta que de la noche a la mañana se conviertan en expertos en urbanidad. Lo que sí les ruego es que pidan al Señor que les ayude a cambiar y que comiencen hoy mismo a dar ciertos pasos para mejorar en este sentido. Que cada uno cultive el deseo y la aspiración de ser amable y bien educado. Conviértanlo en una meta personal, en algo que crean de corazón.

13. No tienen que hacerlo todo a la vez, pero pueden empezar por poner en práctica algunas recomendaciones de esta Carta para que se vuelvan hábitos. También podrían elegir un tema y ocuparse en él, y una vez que lo dominen pasar al siguiente. No se preocupen por el qué dirán si se ponen a hacer lo que dice esta Carta. Esa es la idea: poner en práctica lo que dice la Palabra y comenzar a obedecer. Si lo hacen, ello hablará a su favor. Aunque al principio lo hagan simplemente porque lo pide la Palabra y hasta les resulte un poco humillante, con el tiempo será algo automático.

14. Será más fácil si llevan a cabo una campaña en el Hogar. Si todos se esfuerzan juntos por mejorar, será mucho más fácil. Nadie se sentirá señalado si todos se esfuerzan por aprender juntos y hasta hablan de la forma en que están tratando de aplicar algunos consejos de esta Carta. Háganlo simplemente porque yo se lo he pedido, y lo que es más importante, ¡porque Papá y Jesús les han dicho que lo hagan!

15. Permítanme añadir de paso, que estas secciones que contienen consejos sobre diversos temas no lo abarcan todo. Dicho de otro modo: era imposible incluir cada consejo y recomendación que exista para cada tema en cada país, ni era tampoco el plan del Señor y de Papá. Ellos nos dieron sus consejos sobre los asuntos más importantes, los aspectos en los que podemos empezar a mejorar, pero esta Carta no es el Manual de Carreño. ¡Si lo fuera sería mucho más larga! Sin embargo, es un buen comienzo y una meta hacia la cual podemos avanzar.

16. ¡Gracias por tomarse a pecho esta BN y por llevar a cabo una revolución de la cortesía en su Hogar! De todos modos, mientras se esfuerzan por incorporar más este aspecto a su vida‚ no olvidemos que lo más importante es el amor, no las reglas ni el formalismo. No tendremos siempre unos modales perfectos, pero si nos esforzamos por manifestar amor y consideración y estamos al tanto de estas normas‚ haremos lo mejor que podamos, y eso es todo lo que nos exige el Señor.

Cariñosamente, Mamá

17. (Jesús:) Hablar de urbanidad puede sonar acartonado y pesado, pero tiene un significado sencillo: se trata de tener buenos modos en toda circunstancia. Y esa forma de conducirse es todavía más sencilla: es obrar con amor. Hablar con amor, actuar con amor y reaccionar con amor. La urbanidad, buenos modales‚ cortesía o consideración consiste en manifestar amor al prójimo. Si alguna vez no saben qué dictan las normas para el trato social en determinada situación, actúen con amor. ¡El amor nunca falla!

Todos los consejos y los trozos de profecías publicados en esta BN son de Jesús, salvo que se indique lo contrario.

Cortesía entre personas de ambos sexos

18. Hay ciertas costumbres anticuadas, pero entre ellas no se cuentan sostenerle la puerta a una mujer, sacar la silla para que se siente y llevar una carga pesada por ella.

19. Varones, estudien formas de aprovechar su fuerza física para manifestar aprecio por ellas. Por ejemplo, si ven que necesitan ayuda, pregúntenles si pueden levantar, cargar o abrir algo por ellas.

20. Chicas, estén atentas para ver qué detalles pueden tener con los varones a fin de manifestarles aprecio, como coserles un botón, plancharles una camisa o prepararles una merienda.

21. Muchachos, traten a las mujeres con delicadeza.

22. (Papá:) Volvamos a los tiempos en que los hombres se comportaban como hombres de verdad, cuando trataban a las mujeres con caballerosidad y respeto y ellas no se esforzaban por aparentar tanta fuerza como para no aceptar la ayuda de los hombres.

23. Muchachos, si quieren que las chicas que los rodean los quieran y respeten, tendrán que tratarlas también a ellas con amor y respeto. Manifiéstenles aprecio y amabilidad sincera, y les darán cien veces más. Si se toman el tiempo para decirles que están bonitas, aprecian lo que hacen por ustedes y sienten gratitud por ellas, verán que estarán dispuestas a desvivirse por tener detalles con ustedes.

24. Cuando hay más de ellas que de ellos, para ellas es fácil desanimarse y pensar que no hay nadie para ellas. Les resulta fácil adoptar una actitud negativa y creer que nadie las quiere. Por eso, si eres uno de los pocos varones, esfuérzate por manifestar amor y apreciarlas a todas.

25. (Papá:) A veces los varones no se atreven a manifestar amor a las mujeres, hacerles cumplidos y ser cariñosos con ellas‚ porque les parece que ellas podrían dar rienda suelta a sus emociones o encariñarse demasiado con ellos. Y si no tienen apego por una, no quieren que a ella le parezca que sí lo tienen. Ello puede resultar problemático. Una forma de resolverlo es manifestar cariño y atención sin parcialidad. Hagan cumplidos y manifiesten amor a todas las que los rodean, de cualquier generación. Si luego surge algo que les parece que podría complicarse, en vez de abstenerse de manifestar cariño, acudan al Señor y pregúntenle cómo quiere Él que manejen la situación y cuál es la mejor forma de resolverla. Él les indicará la vía más amorosa.

26. Chicas, les doy un consejito para tratar a los varones: tengan una actitud positiva hacia ellos, aunque no les parezcan el príncipe azul y ni siquiera demuestren tanto aprecio por ustedes como les gustaría. Si hablan bien de ellos tanto en público como en privado, se ganarán su admiración y respeto.

27. (Papá:) A veces a las hermanas de la Familia les resulta fácil comparar a los varones que las rodean con los hombres que conocen al testificar. Les parece que los del Sistema harían cualquier cosa por ellas. Las tratan bien y las respetan. En cambio‚ los del Hogar hacen como si ustedes no existieran. Eso puede causarles batallas a muchas, lo cual lamento. Ojalá nuestros muchachos las trataran mejor. Me entristece en el alma que les parezca que no las quieren y que para encontrar un chico que las trate bien tendrían que irse de la Familia. No debería ser así‚ ni tampoco es así como queremos el Señor y yo que sea en la Familia.

28. Pero en vez de quejarse‚ desanimarse y deprimirse por ello, oren por los chicos que tienen cerca para que aprendan a tratarlas mejor‚ y ustedes desvívanse por que ellos se sientan amados y apreciados.

29. (Papá:) No hay un solo varón al que le guste que lo rebaje una mujer. Por eso, si quieren que los hombres las quieran, tendrán que aprender a tratarlos como se debe. Nuestros hermanos son estupendos y el Señor obra en su vida en todo momento para ayudarles a conducirse con humildad, ser Sus esposas y no tener actitudes machistas. Pero, como norma general, los hombres son muy orgullosos y ustedes podrían lastimar fácilmente su orgullo si no los tratan con oración y amor. Si les parece que alguno necesita ser más humilde y quedarse en el lugar que le corresponde, déjenlo en manos del Señor y de sus pastores. Pidan al Señor que obre en su vida para mantenerlo humilde, pero no se arroguen ustedes ese trabajo.

30. Chicas, humillar a un hombre intelectual o incluso físicamente para demostrar lo capaces que son ustedes por naturaleza suscita una actitud de rechazo en él. Los varones quieren tener conversaciones interesantes con ustedes y a algunos les gustan las mujeres que son un poco más resistentes y no tan débiles y frágiles. Pero tratar de demostrar que son más listas que un hombre, que saben más que él, que tienen más experiencias y que hasta son capaces de realizar mejor ciertas actividades físicas no es la manera de conquistarlo.

31. Muchachas‚ si se entrometen en las conversaciones, contradicen a los hombres delante de otros y los critican delante de mujeres porque no son como a ustedes les gustaría, ¿cómo van a esperar que ellos las quieran y traten con cariño? Verán que les resulta mucho más fácil conquistar y conservar un varón si lo tratan como les gustaría que él las tratara.

32. Pensarán que esa es su forma de ser, que no pueden evitarlo y que el hombre ideal para ustedes las querrá a pesar de todo. Aunque sea verdad, la relación que tengan con él una vez que lo conquisten será mucho menos tempestuosa si aprenden esas cosas ahora. Y si aprenden a tratarlos bien ahora, puede que mientras tanto lo pasen mucho mejor con los varones que tienen cerca en este momento.

33. Muchachos, a algunas les gusta mucho que les besen la mano; es un gesto humilde, noble y muy caballeroso. En general, a las mujeres les gusta y lo aprecian, y es algo que todos pueden hacer de vez en cuando. Es un truquito que pueden probar a veces. Por ejemplo, durante la cena, cuando todos estén sentados en torno a la mesa y se tomen de las manos para orar, si le están dado la mano a una hermana, pueden darle un beso en ella al terminar de orar. Es un gesto sencillo y una forma linda de manifestar amor.

34. Digan: «¡te quiero!»‚ «¡te aprecio!», «¡doy gracias al Señor por ti!» Digan a cada rato frases cariñosas de ese estilo. A veces las palabras son más eficaces con una mujer que ninguna otra cosa, sobre todo si las dicen con amor, ternura‚ sentido y sinceridad.

35. Y, chicas, ¡con los varones pasa lo mismo!

36. A la mayoría de las mujeres les gusta que los hombres se fijen si ellas llevan puesto un vestido nuevo o se han hecho un peinado diferente, y se esfuerzan por estar bonitas para ellos. Aprecian que los varones noten esos detalles y las elogien sinceramente por ellos.

37. Por regla general, a las mujeres les gusta que las traten de forma caballerosa y con ternura y respeto por su personalidad. No les gusta que se hable de ellas o se las trate como objetos sexuales‚ que es como las tratan muchos hombres del mundo. Reaccionan mejor ante los comentarios sinceros sobre sus cualidades particulares y su atractivo personal, sea externo o interno.

38. Una costumbre de larga tradición que pueden practicar los varones para manifestar caballerosidad y cortesía con ellas es abrirles la puerta del auto y cerrarla después, o correr la silla para que se siente a la mesa. Lo que importa no es tanto el acto en sí, sino la amabilidad y consideración con que las tratan en razón de su sexo.

39. Den gracias a los varones por los muchos trabajitos que hacen en la casa y los asuntos de los cuales se ocupan y de los que no tienen que preocuparse ustedes.

40. Celebren veladas de aprecio y fiestas en honor a las personas del otro sexo; una en honor a los varones y otra en honor a ellas.

41. Chicas, acepten los cumplidos de los hombres demostrando que aprecian esos gestos. Digan algo así como: «Gracias, ¡qué amable!» Empleen las palabras que más les acomoden para reconocer el esfuerzo de los varones por ser humildes elogiándolas. Da igual que no estén de acuerdo con el elogio. Y ustedes, muchachos, hagan lo mismo cuando ellas les hagan un cumplido.

42. Un hombre que no se preocupa de su aspecto personal hace que las mujeres se pregunten si ello es señal de lo poco que se interesa por ellas.

43. Una de las maneras más sencillas de tratar con cortesía a las mujeres es estar limpio.

44. A muchos varones les gusta bromear y jugar con las mujeres. Si bien es entretenido bromear y ser juguetón, no conviene actuar siempre así con ellas, porque tratarlas siempre así es señal de falta de respeto y de amor.

45. Muchachos, cuando se sienten a la mesa con otros varones y solo haya una o dos mujeres presentes, procuren no acaparar la conversación ni hacer caso omiso de ellas. Inclúyanlas. Es cierto que a veces a ellas no les interesan los mismos temas que a ustedes, pero de todos modos deberían esforzarse por incluirlas y hablar también de lo que les interese a ellas.

46. Y a ellas les digo lo mismo. Si están reunidas con varias amigas y hay uno o dos varones presentes, procuren no hablar solo de temas femeninos que los aburran mortalmente a ellos. Cuando estén en grupo, procuren hablar de algo que incluya a todos. Amplíen sus horizontes en cuanto a sus preferencias y temas de conversación para incluir más a los del otro sexo. A la larga será más agradable para ustedes y les dará más variedad.

47. Muchas no se dan cuenta de que los hombres no son inmunes a pasar vergüenza. Los bochornos en público no les caen bien‚ y lo que a ellas puede parecerles insignificante podría explotar y cobrar grandes proporciones. Aunque les parezca que los hombres no son muy susceptibles, eso no significa que no estén dolidos por dentro. Cuídense de decir o hacer cosas en público que puedan hacerles pasar vergüenza delante de otros.

48. Chicas, cuando un hombre haga algo lindo por ustedes‚ denle las gracias. Si se ofrece a llevarles algo, permítanselo, aunque se consideren capaces de hacerlo solas. Darles ocasión de obrar caballerosamente los motivará a ser caballerosos.

49. Guárdenle un plato a él o a ella si se dan cuenta de que no ha llegado a la comida, o si saben que llegará tarde.

50. (Papá:) Cuando hagan un cumplido a una mujer, pidan al Señor que les muestre su verdadera belleza. ¿Son solo la ropa bonita y el maquillaje aplicado con buen gusto lo que la hace atractiva? ¿O carecerían esos detalles de sentido sin las hermosas y atractivas cualidades que notan cuando la miran profundamente a los ojos? ¿En qué radica la verdadera belleza?

51. (Papá:) Digan a las chicas que aprecian sus esfuerzos por estar atractivas. Díganles que aprecian el buen gusto con que se maquillan para realzar su belleza sin taparla. Díganles que aprecian su empeño y dedicación y que hagan tan bien lo que hacen. Díganles que aprecian su suave piel, el brillo de sus ojos y la gracia con que se conducen.

52. Díganles lo lindos que son sus labios‚ sus ojos o su nariz. Claro está que no querrán expresarse de un modo muy sexual, pero no tiene nada de malo que manifiesten aprecio por la hermosa creación del Señor. Sea lo que sea que digan o hagan, sean sinceros. No sean frívolos ni falsos.

53. Expresen el amor y el aprecio que le tienen a su novio o su novia manifestando respeto y no diciendo nunca nada negativo de él o de ella a sus espaldas o delante de otros.

54. (Pregunta:) ¿Se exigirá ahora en la Familia que los hermanos siempre abran las puertas, corran la silla y ayuden a las hermanas de estas formas caballerosas? ¿Es realista esperar que siempre podamos hacer eso con tanto como tenemos que hacer en los Hogares?

55. (Jesús:) No es que tengan que adoptar una actitud rígida que los obligue a hacer siempre esas cosas. Por ejemplo, que ellas no se sienten si un hombre no les corre la silla, o que ellos siempre les tengan que abrir la puerta del auto. Lo que sí me gustaría es ver mucho más esos pequeños gestos de amor en los Hogares, que prácticamente ya no existen. No conviene que ellos se acostumbren a nunca tener esos gestos con ellas, ni tampoco conviene que ellas se acostumbren a no permitírselos. No es bueno, ni para ustedes ni para su ejemplo y testimonio.

56. No les exijo que cumplan con una etiqueta perfecta, pero sí espero que los varones se tomen el tiempo para pensar en esos sencillos gestos de amor y manifestar caballerosidad cada tanto cuando la situación lo pida. Y cuando ellos hagan esas cosas, ellas deberían tener la humildad de aceptar esos gestos de amor. Si ellos no están preparados en ese sentido y no han practicado, si alguna vez se encuentran en una situación en la que ello sea de rigor‚ como podría ser un encuentro con gente de la clase alta, podrían ofender gravemente a alguien. Lo mismo pasa con ellas si no están acostumbradas a aceptar esos gestos caballerosos.

57. No tienen que hacer eso siempre, pero acostúmbrense a actuar así cada vez que puedan. Por ejemplo, si hay una cena extraordinaria, los hermanos podrían hacer el esfuerzo de correr las sillas para las hermanas. O si salen con su esposa o su novia a cenar o a otro sitio, ábranle la puerta del auto. O háganlo simplemente cada vez que les parezca que les indico que pongan más empeño en manifestar a alguna que la quieren y aprecian. Claro que si quieren cultivar la costumbre de ser unos caballeros con la mayor frecuencia posible, sírvanse correrles la silla a ellas, abrirles las puertas y hacer todo eso más seguido.

58. No es que ahora deban cumplir la letra de la ley a rajatabla, pero sí quiero que esos sencillos actos de amor entre ambos sexos se extiendan mucho más en la Familia. Y no se trata solo de abrir puertas y correr sillas. Hay mucho que se puede hacer, como ofrecerse a llevarles objetos, caminar del lado más peligroso de la calle (el más próximo al tráfico), o tenderles la mano cuando se suban a un bus o desciendan de él. Hay muchas formas de manifestar amor, así que esfuércense por ponerlas en práctica con más frecuencia.

Aprecio

59. Reconocer el mérito a quien se lo merezca. Si alguien les da las gracias o les manifiesta aprecio por algo en que participaron otros —por ejemplo, si la idea fue de otro y ustedes le ayudaron a realizarla, o si otros participaron sin que se sepa—, no se olviden de reconocérselo a las personas a quienes corresponda. No lo atribuyan todo a sí mismos. Aceptar los elogios sin reconocer la ayuda y las buenas ideas de otros es de muy mala educación y una falta de amor.

60. Da igual que la persona no esté presente. Si no lo está, igual pueden reconocerles el mérito a sus espaldas diciendo: «Dios bendiga a fulanito, que hizo la mayor parte del trabajo». O: «Fue gracias a mengano, la idea fue suya.» Muchas veces el reconocimiento que se hace cuando la persona no está presente significa mucho más para ella cuando se entera más adelante.

61. (Papá:) Pidan al Señor que les ayude a darse cuenta de lo que aportan los demás, de quién lavó al perro, quién guardó lo aprovisionado, quién organizó el rato de oración o atendió a su proveedor, para darle las gracias.

62. (Comentario de un hermano:) «A una amiga mía casi nunca le dan las gracias. En cierta ocasión preparó por sí sola siete bandejas de lasaña para el Hogar. Se pasó el día de pie para que resultara posible‚ y todo lo que le dijeron fue: "¿No hay más?" Me parece terrible, y también me ha ocurrido a mí en varios Hogares. Será que algunos tienden a olvidarse de apreciar a los que hacen funcionar el Hogar. No sé por qué será, solo sé que está mal.»

63. (Mamá:) Amén, ¡está mal! Es lamentable, y espero que no le vuelva a ocurrir a nadie. Tengan la bondad de aprender a manifestar aprecio a las personas que les hacen la vida dichosa.

64. Es agradable que, de ser posible, se manifieste aprecio por algo concreto, ya que eso puede ser más significativo que un elogio general. Por ejemplo, si saben que alguien se tomó la molestia de repasar ideas para alabar en las BN a fin de preparar una actividad de alabanza en grupo‚ en vez de darle simplemente las gracias por dirigir ese rato de alabanza, digan algo más concreto, como: «Gracias por probar la idea de ponerse en el lugar de los demás. Estuvo muy bien.»

65. Claro que si no se acuerdan de los detalles, eso no es excusa para no manifestar aprecio. Generalizar en el aprecio es mejor que no apreciar e igual alienta y edifica al oyente.

66. Las mejores expresiones de aprecio son las que nacen del corazón, las sinceras. Pero hasta unas palabras de aprecio que repitan como loros son mejores que nada si no les sale otra cosa. Decir algo para manifestar aprecio y gratitud por una persona demuestra que se están esforzando por amarla, aunque apenas estén aprendiendo a expresarse de un modo más personal y específico.

67. Las muestras de aprecio pueden ser sencillas. Pueden decir simplemente: «Gracias por lavar tan bien los platos»‚ o: «gracias por ayudar en la limpieza», o: «gracias por la bendición que eres para la Familia con tu ministerio». Para apreciar con ganas no hay que tener facilidad de palabra ni conocer mucho vocabulario para manifestar aprecio con avidez.

68. El aprecio es:

* Bastante fácil de expresar.

* Una manera práctica de demostrar amor y afianzar la unidad.

* Una forma de hacer que el otro se sienta necesario y vea que su trabajo vale.

* Un paso sencillo y cariñoso para mejorar las relaciones humanas.

* Elogiar a alguien por su apariencia.

* Dar las gracias a alguien por lo que ha hecho.

* Tomarse el tiempo para detenerse y hasta desvivirse para que alguien se sienta amado y apreciado.

* Hacer un poco más para expresar amor verbalmente, no solo cuando es práctico y fácil, sino aun cuando sea incómodo.

* Una influencia positiva inspira a los demás a portarse todavía mejor.

* Una fuerza edificante que puede sacar a alguien del hoyo del desaliento y la monotonía y volver a infundirle la chispa de la vida.

* Un músculo que hay que ejercitar y que se convierte en una gran ventaja cuando se lo emplea.

* Un medio para dejar de lado las diferencias y unirse con un espíritu de amor y consideración.

69. El aprecio puede hacer maravillas para generar o reavivar el amor entre tú y alguien que te parezca distante.

70. A veces cuesta decir palabras de aliento y aprecio. Hace falta humildad; por eso es tan difícil. Pero una vez que se empieza se vuelve cada vez más fácil, y al cabo de un tiempo es de lo más natural.

71. No puedo tender la mano a las personas que los rodean sin la ayuda de ustedes.

72. Te haré responsable si los demás no se sienten amados y apreciados.

73. Manifestar aprecio no consiste en montar un gran espectáculo o función; lo demuestran con los pequeños detalles que notan los unos en los otros y por los cuales se elogian entre sí. Es no pasar indiferentemente junto a alguien, sino saludarlo y aprovechar el momento para comunicarse con él y manifestarle afecto y aprecio.

74. Por cursi y humillante que les parezca, el aprecio significa una enormidad para quien lo recibe.

75. Aunque no se consideren muy elocuentes, el amor y aprecio de su corazón se harán notar y los demás lo sentirán.

76. Es fácil dejarse arrastrar por la rutina de cada día y preguntarse si lo que hacen tendrá verdadera importancia y efecto. Sin embargo, cuando los demás se toman el tiempo de expresarte verbalmente aprecio, eso reaviva la chispa en tu trabajo.

77. Cuando vean algo que admiran en otra persona, no se limiten a admirarla en silencio, sino exprésenlo de palabra. Díganle lo que piensan.

78. Pidan un espíritu ayudante de aliento y aprecio que les ayude a mejorar en este sentido.

79. Yo puedo anular todo aspecto en que les parezca que se quedan cortos al manifestar aprecio.

80. Tómense el tiempo para decir cosas lindas a los demás. Aunque les parezca tonto, podría ser ni más ni menos lo que la persona necesite en ese momento y podría ayudarle más de lo que jamás se imaginarían.

81. (Papá:) Necesitan ver a cada persona como la ve el Señor. Tienen que ver lo positivo y lo bueno, y decirlo. No es que no vean lo negativo, pero tienen que dejarlo pasar. No pueden concentrarse en lo que no sea positivo.

82. Todos tienen sus defectos y tendencias molestas, pero muchas veces la actitud positiva que se manifieste hacia ellos puede ayudarlos a superar esas deficiencias o restarles importancia.

83. Las llaves de la humildad y el amor abrirán la cámara del aprecio y te permitirán ver las maravillosas cualidades que poseen tus compañeros.

84. (Papá:) Pide al Señor que te indique lo que puedes apreciar en cada persona. Pídele que te ayude a tener los ojos abiertos‚ como los tiene Él, y veas el valor de cada uno. Una vez que eches a andar por el camino del aprecio, nunca volverás atrás.

85. (Papá:) Quien sea objeto de aprecio debe tener la humildad de aceptar de buen grado lo que le hagan o le digan y comprender que manifestar aprecio exige esfuerzo y fe. Negarse a aceptarlo es igual de malo a negarse a darlo. Por una y otra parte hay que tener humildad. Cuando se manifiesta o recibe aprecio, se encarna el amor del Señor para el otro.

86. Cuando dicen algo para manifestar aprecio por una cualidad de alguien que quizá no sea tan evidente, ello demuestra que han orado al respecto y se han tomado el tiempo de pensar en las cualidades de esa persona.

87. (Papá:) Muchas veces es igual de importante elogiar por detalles. La mayoría de las personas se acuerda de dar gracias y apreciar a los demás por los grandes logros, por lo que se nota y cuesta pasar por alto. Pero muchos no se toman el tiempo para apreciar o agradecer los detalles, porque hacen falta más esfuerzo y perspicacia para notarlos, y así, esos elogios significan mucho para quien los recibe. Procuren manifestar aprecio tanto por lo grande como por lo pequeño.

88. La diligencia requiere dedicación, empeño y disciplina. Se ven los frutos de la diligencia, pero muchas veces no se ve su trasfondo, la dedicación para obrar ordenadamente y como se debe. ¿Han apreciado últimamente en ese sentido a alguno de sus compañeros?

89. Si están ocupados manifestando aprecio a alguien, no tendrán tiempo para criticarlo o buscarle faltas.

90. Pídanme que les ayude a demostrar más aprecio. Pídanme el don y la llave del aprecio.

91. (Papá:) No piensen que no pueden comenzar hoy mismo a demostrar más aprecio, porque no se les da muy bien o no tienen mucha experiencia. Tienen que empezar por alguna parte, así que den ese paso de fe. Digan a alguien lo que aprecian de él. Pidan al Señor que les indique algo específico que decirle. No tiene que ser nada grande necesariamente, basta que sea algo sencillo y sincero.

92. Demuestren su aprecio aplaudiendo al cocinero.

93. (Papá:) ¿Recuerdan la historia de Tommy, el niño inválido que sentía que no podía hacer mucho por el Señor debido a sus circunstancias? ¿Cómo hacía para transmitir amor? Todos pueden hacer como Tommy. Siempre pueden dejar un poco de amor en el corazón de las personas que pasan junto a ustedes, ya sea con una palabra, una sonrisa, una mirada cariñosa, una tierna caricia, un abrazo, un beso, escuchando, manifestando compasión, dando un apretón cariñoso, una palmadita en el hombro, un beso en la mano‚ una caricia en el rostro, o simplemente expresando de palabra reconocimiento y aprecio.

94. (Papá:) Si se les ocurre algo amable que decir sobre alguien, ¡díganlo! Y si no se les ocurren con frecuencia pensamientos amables, pidan al Señor que les ayude, y lo hará.

95. La gratitud y el aprecio riegan las semillas de bondad y amor que se hayan sembrado y hacen que crezcan y se conviertan en otros actos de amor y bondad. No hay nada más mortal para los actos de bondad y cortesía que la falta de aprecio, porque hace que la gente se hastíe. Y cuando ello ocurre‚ puede pasar un tiempo antes de que tenga ganas de volver a intentar.

96. Den las gracias...

* A la madre, maestra o cuidadora de niños por consagrar su vida a Mis pequeños‚ que tanta alegría brindan al Hogar.

* A los testificadores, por lo mucho que hacen para difundir Mi mensaje y apacentar y atender a los perdidos y los necesitados, afrontando para ello numerosas penalidades y batallas cada día.

* A cada persona de su Hogar por algo que haga. Si se detienen a pensar en lo que hacen los integrantes de su Hogar, encontrarán ocasión de darles las gracias y motivos para apreciarlos.

97. Acepten el aprecio y la gratitud de los demás; aprecien los cumplidos en vez de rechazarlos. Aunque las palabras de elogio o aprecio les hacen sentir vergüenza, parte del amor consiste en aceptarlos con humildad y gratitud. Si protestan demasiado‚ si hablan de lo pecadores que son y lo indignos que son, invalidan el obsequio de amor que otros tratan de hacerles. Asimismo‚ si manifiestan resistencia a los obsequios de amor y aprecio que les ofrecen ellos ahora, les resultará más difícil dárselos en futuras ocasiones.

98. Toda la admiración y el aliento del mundo no harán bien alguno si los mantienen encerrados en sus pensamientos.

99. Aunque lo que alguien haga sea parte de su trabajo, de todos modos es importante que le den las gracias, reconozcan sus esfuerzos y labores y le manifiesten gratitud y aprecio.

100. Si saben que cierta persona es tímida y sentiría vergüenza si le dieran las gracias en público, háganlo en privado, y viceversa. Si saben que a alguien no le importa ser el centro de la atención, denle las gracias en público. Puede ser también que lo que más aprecie la persona sea una nota de agradecimiento escrita a mano, o un mensaje electrónico, o a lo mejor una taza de té o un abrazo. Averigüen cómo les gusta a las personas que les den las gracias, ya sea preguntándoselo o consultándome a Mí‚ y obren en consecuencia.

101. Si te cuesta aceptar la gratitud sincera, seguramente es por orgullo. Reconoce el aprecio con humildad.

102. A veces la mejor manera de demostrar aprecio es actuar de acuerdo con sus opiniones. Si ven que el cocinero puso mucho empeño en la preparación de la comida y lo agradecen mucho, ayuden lavando los platos. Si los invitan a una fiesta, pregunten cómo pueden contribuir. Si agradecen que un Hogar les haya permitido pasar la noche en su casa durante un viaje, ayuden en la limpieza, dejen el cuarto en que se quedaron mejor que como lo encontraron y ofrezcan una contribución económica. Si alguien les presta algo y saben que fue un sacrificio, hagan algo a cambio que le demuestre que lo notaron y lo aprecian. A veces no basta con decir unas pocas palabras afectuosas para expresar aprecio como es debido. Sobre todo si fue un sacrificio o un regalo muy grande, es posible que tengan que dar las gracias repetidamente a la persona, que me pregunten lo que pueden hacer para ayudarle o darle algo y no limitarse a dejarlo pasar con una simple nota de agradecimiento.

Inculcar buenos modales a los niños

103. Los niños deben dar las gracias a toda persona que cuide de ellos, los lleve de excursión, les dé algo, cocine para ellos, les cosa o compre la ropa o provea para otras de sus necesidades.

104. Los niños deben aprender en qué momentos pueden abordar a las personas y cuándo es de mala educación. Deben aprender que, en la medida de lo posible, hay que evitar interrumpir a los demás o distraerlos de su trabajo. Deben aprender a respetar las reuniones, los ratos de oración‚ los momentos de escuchar al Señor‚ los días de descanso de los demás, los ratos libres de sus padres y cualquier otra ocasión en la que alguien se esté concentrando y necesite silencio y tranquilidad. Deben aprender a guardar silencio en esos momentos‚ o ir a otra parte de la casa, si es apropiado. Aprender en qué conversaciones pueden participar y en cuáles no.

105. A medida que los niños aprenden el valor del tiempo y la importancia de los horarios, también pueden aprender a manifestar respeto por el tiempo y los horarios de los demás.

106. Ayuden a los niños a apreciar los regalos y los gustos que les dan los demás, a fin de que no los den por descontados ni tengan una actitud remilgada y pedigüeña.

107. Algunos se preguntan si vale la pena enseñar a sus hijos a ser bien educados, porque les parece que llevan las de perder y que como los demás integrantes del Hogar no tienen buenos modos no pueden exigírselo a sus hijos. Pero enséñenles de todas maneras.

108. A los niños se les debe enseñar a responder debidamente cuando los saludan o les dirigen la palabra.

109. Los niños deben aprender desde pequeños a ayudar en la limpieza y hacer su parte para que el Hogar sea agradable para los demás. Por ejemplo, como mínimo pueden lavar su plato y ofrecerse a veces a lavar los demás. O recoger sus juguetes cuando terminen de jugar, o ayudar a acomodar los sillones después de ver una película, y cosas así. Un niño que aprende a ver la necesidad desde pequeño y al que se le enseña a ser responsable brinda gran alegría.

110. (Pregunta:) ¿Nos podrías señalar algunos métodos para enseñar a los niños a tener mejores modales?

111. (Jesús:) Pídanme que les indique la forma más eficaz de inculcar buenos modales a sus hijos. Por ejemplo, si llevan a cabo una campaña para enseñarles urbanidad en la mesa, podría ser conveniente practicar jugando con un juego de té.

112. También podrían celebrar una cena extraordinaria en que los adultos hicieran de cocineros y meseros para los niños, y a estos se les exija comer con buenos modales, como si estuvieran en un restaurante elegante. Pongan la mesa debidamente, con los cubiertos en el lugar que corresponde y sirvan la comida por platos. Preparen a los niños de antemano explicándoles lo que es de buena o mala educación en donde viven, y que luego practiquen lo aprendido.

113. Incluso podrían dar una clase en algún momento después de la cena para comentar los aspectos en los que se portaron bien y aquellos en que se quedaron cortos, para que procuren mejorar en sus puntos flacos en las siguientes comidas. Tomen nota de sus progresos.

114. O si están procurando enseñar a los niños a presentarse con buenos modales al testificar y en las visitas a amigos, ovejas y proveedores, hagan pequeños sketches con ellos.

115. Si lo que les están enseñando es a manifestar más gratitud y aprecio, conviértanlo en un juego. Pónganse la meta de que cada niño diga algo alentador o elogioso a cada persona del Hogar una vez al día. Den a todo niño una tabla para que señale el nombre de cada persona siempre que le diga unas palabras amables o de gratitud.

Tratar con buenos modos a los niños

116. Diríjanse respetuosamente a los niños, como se dirigen a los adultos. Ni siquiera cuando los corrijan les hablen con actitud impaciente, de superioridad, porfiada o maleducada.

117. Es fácil mandonear a los niños, pero piensen cómo se sentirían ustedes si los trataran así.

118. Traten a los demás (a los niños) como les gustaría que los trataran a ustedes.

* Háblenles con amor.

* No sean mandones ni dominantes.

* Sean suaves y tiernos, nunca duros.

* Sean amables y considerados.

* Tengan en cuenta sus sentimientos.

* No los interrumpan.

* Si ellos están hablando‚ no se pongan a hablar más alto que ellos.

* Exíjanse a sí mismos todo lo que les exijan a ellos.

119. Cuando vean a los niños no hagan como si no estuvieran ahí; préstenles atención, a menos, claro está, que estén ocupados en algo y fuera por tanto mejor no molestarlos. Procuren conversar un poco con ellos cuando sea conveniente para ustedes y para ellos. O al menos saludarlos y preguntarles cómo están cada vez que puedan. Hasta pueden tratar de saludar a cada niño. No siempre será posible en los Hogares en que haya muchos niños y mucha actividad, pero si lo hacen cuando puedan, cada niño percibirá que los demás se fijan en él y lo quieren.

120. Hagan preguntas a los niños sobre ellos mismos. Pregúntenles qué están aprendiendo en clase, qué versículos están memorizando, a qué juegan, etc.

121. No hagan caso omiso de los sentimientos de los niños ni los traten con brusquedad. Respondan con amor.

122. No den órdenes a los niños ni les exijan que les presten atención sin darles explicación alguna. Diríjanse a ellos con respeto y amor cuando tengan que pedirles un favor. Procuren ser sensibles y manifestar un espíritu amable.

123. Miren a los niños a los ojos, agachándose para estar a su nivel cuando les hablen; por ejemplo, cuando les digan algo o les den instrucciones.

124. Tómense un poco más de tiempo para concentrarse de verdad en ellos.

125. Den importancia a las ideas de los niños. No las rebatan de buenas a primeras. Aunque no lo entiendan todo como ustedes y expongan ideas poco razonables, se les puede explicar con buenos modos.

126. No se burlen de los niños cuando se equivoquen o cuando hagan algo un poco tonto. Eso puede lastimarlos profundamente. Esto no significa que no deban enseñarles a reírse de sí mismos cuando algo les salga mal, pero oren por discernimiento, pues a veces lo único que necesitan es a alguien que los entienda.

127. Oren pidiendo más ojos espirituales para ver las buenas cualidades de sus niños.

128. Cuando hablen de los niños en presencia de ellos, tengan en cuenta sus sentimientos y digan siempre algo que dé testimonio de algo bueno. Sean considerados con los sentimientos de ellos y mantengan en privado toda conversación negativa, así como todo tema que no sea asunto de ellos o sea solo para los adultos.

129. Cuando los niños necesiten corrección, corríjanlos en privado para evitarles pasar vergüenza, según pida el caso.

130. Encuentren la forma de establecer vínculos personales con cada niño. No los junten a todos en un mismo grupo al que llamen simplemente «los niños».

131. Demuéstrenles que los valoran con la manera en que los tratan. Presten la misma atención que quieren que les presten ellos a ustedes.

132. Cuando un niño se les acerque para decirles algo, hagan una pausa y escúchenlo. Denle toda su atención cuando lo escuchen y respóndanle. No escuchen a medias mientras piensan en otra cosa y siguen con sus actividades.

133. Deténganse a saludar a los niños. No solo es alentador para ellos, sino también para los maestros y los padres, porque les hace ver que su labor de instruir a los niños es importante.

Afecto

134. No hace falta que se la pasen toqueteando a los demás‚ pero manifiesten cariño con gestos sencillos. Cuando alguien los toca con ternura, les rodea los hombros con el brazo, les da una palmadita en la espalda o les da un abrazo o un beso, eso significa mucho. Esos pequeños gestos les demuestran que se preocupan de ustedes.

135. Sin las muestras de afecto, la unidad se desmorona. En cambio, el cariño fortalece la unidad.

136. (Papá:) El cariño es:

* El circuito por el que se mueve Jesús.

* Un toque de esperanza.

* Un bálsamo sanador.

* Renovador.

* Sobrenatural.

* El mecanismo del que se vale Dios para sanar y restablecer a Sus siervos.

* Un principio de la vida.

* Una necesidad elemental.

* Los brazos de Dios.

* La ternura de Dios.

* Un abrazo de la fe.

* La comunión de un espíritu con otro.

* Una declaración poderosa de fe en el poder del amor.

* Una muestra del amor y la unidad del Cielo.

* Una manifestación elevada de elogio y aprecio.

* La manifestación de la esperanza.

* Un testimonio contundente.

* Eléctrico.

* El interruptor que enciende las luces interiores.

* Como experimentar un escalofrío rico.

137. Una demostración de cariño puede sanar al que siente dolor o incluso se está muriendo.

138. Las muestras de afecto tienen capacidad para transformar. Tienen mucho poder espiritual.

139. En vez de dar abrazos estirado‚ den abrazos cálidos, toques amorosos, una palmadita reconfortante que equivalga a decir: «¡Ánimo!»

140. Si alguna persona es la que siempre da cariño y nunca lo recibe, puede que al cabo de un tiempo se desanime y piense que los demás solo le dan abrazos porque los pide y no porque de verdad quieran hacerlo. Por eso‚ es importante que todos den y reciban cariño. Aunque no te parezca que lo necesitas, esfuérzate por dar cariño, porque anima a los que te rodean y hace que se sientan amados.

141. No abandonen ninguna reunión ni unas devociones sin abrazar a por lo menos dos personas. No se escabullan para evitar los abrazos.

142. Pídanme que les ayude a no pasar de largo ante ningún hermano sin dirigirle la palabra, saludarlo o darle una palmadita en el brazo o alguna otra muestra de reconocimiento cariñoso.

143. (Papá:) Es lamentable que alguien abandone la Familia por sentir soledad o por creer que nadie lo quiere. ¿Acaso no somos una Familia de amor en la que todos sienten que los aman y se preocupan por ellos? Por lo que más quieran, desvivámonos por que los demás sientan ese amor, esa unidad con quienes los rodean. Hagamos que cada uno entienda que es importante para los que lo rodean.

144. Piensen en el versículo que dice: «En cuanto lo hicisteis a uno de estos, Mis hermanos más pequeños, a Mí me lo hicisteis». La manera en que tratan a esa persona es como me tratan a Mí. Su forma de responderle es como me responden a Mí. La medida en que la abrazan, se desviven por ella y procuran atender sus peticiones es como reaccionan conmigo y me tratan a Mí.

145. Las muestras de cariño pueden ser pesadas y egoístas, o pueden transmitirse...

* De un modo discreto, en dosis medidas y aceptables para los que no se sienten tan a gusto con las demostraciones físicas de afecto por la razón que sea.

* Con los ojos; con una mirada tierna y comprensiva acompañada de una sonrisa, un apretoncito de la mano, inclinando la cabeza de manera reconfortante.

* Deteniéndose a escuchar.

* Pidiéndome la capacidad de comprender y manifestar consideración.

146. (Papá:) Si las manifestaciones de cariño, aunque les cueste darlas, les ayudaran a superar el orgullo y hacer enormes avances de un modo relativamente sencillo, ¿acaso no se lanzarían a darlas? Pues la verdad es que hacen todo eso y más. Pueden obtener una posesión más plena, mayores resultados en su lucha contra el orgullo y desde luego más unidad si demuestran afecto como el Señor quiere.

147. (Papá:) ¿Disminuyó el poder del amor de Dios cuando algunos de los que estuvieron con Jesús no apreciaron ese amor? De ninguna manera. Por eso, si les parece que los demás no aprecian el amor y el cariño que les manifiestan —por timidez, porque tengan una actitud negativa de sí mismos, o se consideren poco agraciados, o porque no se los trató con mucho afecto mientras crecían, porque tengan una personalidad un poco más reservada o por cualquier otra razón—‚ ¿se les reconocerá menos mérito por manifestar ese amor? ¡Claro que no! No esperen que su amor siempre les sea correspondido; ¡simplemente sigan manifestándolo! A Jesús le escupieron‚ lo golpearon y lo mataron por demostrar amor. Eso no les pasará a ustedes cuando traten de manifestar amor‚ pero aunque les pasara, demostraría que son como Él.

148. Las manifestaciones de amor, aliento y cariño son contagiosas. Si manifiestan cariño a alguien y esa persona se siente amada, le resultará más fácil transmitir cariño a los demás. Será una reacción en cadena hasta que todos manifiesten amor y generosidad y haya suficiente para todos.

149. (Papá:) A veces cuesta dar un abrazo a alguien por razones físicas. Por ejemplo, si tiene mal aliento, o huele a sudor, no se ha afeitado, tiene el cabello grasoso o maloliente, los zapatos o la ropa le apestan‚ o tiene sarro en los dientes por cepillarse mal, o tiene la piel siempre sudorosa y podría remediarlo bañándose más, o si abraza tan fuerte que duele. Consulten con el Señor y luego con sus pastores de Hogar para saber cómo explicárselo con amor a fin de que no siga siendo u obstáculo para manifestar cariño.

Continuará

© La Familia Internacional, 2006